ECONOMíA

Pandemia y viejas políticas dejan hambre y desolación en Washington

Varias personas se han unido para ayudar a los más necesitados de su comunidad

Las consecuencias de la pandemia, y de las políticas del gobierno de Donald Trump son dramáticas, se perciben, incluso, en las calles de Washington.

Te recomendamos: Joe Biden vaticina que Estados Unidos superará en febrero los 500 mil muertos por COVID

Miseria y hambre es la otra realidad de miles de habitantes de Washington DC, la pandemia ha dejado sin trabajo a migrantes mayormente, quienes ante la crisis económica, recurren a los bancos de comida que diversas organizaciones y el gobierno local distribuyen a diario en distintas zonas.

“La comida es para ahorita la gente necesitada del COVID se ha triplicado, todo lo que estamos trabajando día a día, no tienen para comer y vienen aquí a la parroquia”, comentó José Martínez, voluntario Iglesia San Marcos. Washington, D.C.

José llegó de Zacatlán de las Manzanas, Puebla hace 20 años y no había visto crisis como esta. Devoto por herencia, siente que es su obligación apoyar a sus paisanos aunque él no tenga trabajo desde abril de 2020.

“Estoy tratando de hacer la diferencia aquí en Estados Unidos”, dijo José Martínez.

Iglesias como esta se han dado a la tarea de apoyar a sus comunidades y regalar al menos tres veces a la semana este paquete de apoyo que consta de granos, harinas, enlatados, pan y verduras con un valor aproximado de 30 dólares.

“Con la pandemia se nos ha disparado, usualmente atendemos 3200 familias al año, ahora tenemos 15600 familias que estamos atendiendo”, dio a conocer Roberto Cortés, Sacerdote Iglesia San Marcos. Washington, D.C.

El reflejo de los meses sin trabajo va incrementando el número de necesitados.

“Yo vine a agarrar despensa de la que regalan aquí a la gente, a la comunidad. Todo lo que ocupo, aceite, masa, arroz, frijoles y una comida que hay ahí que es caliente”, comentó Luz, una beneficiaria.

Para algunos desempleados como José con estos bancos de comida se abrió la posibilidad de ayudar a su comunidad y paisanos, aunque sin paga.

“Hoy estamos de voluntarios repartiendo comida y es mi 2ª vez que vengo, me gustó, me encantó y lo voy a seguir haciendo”,  expresó José Martínez.

Pero por el aplazamiento del regreso al trabajo, temen que en poco tiempo los recursos ya no sean suficientes.

“Aquí en Estados Unidos dicen que el nuevo pobre es una persona que tiene casa, que tiene carro, que tiene celular, pero no tiene que comer”, informó Roberto Cortés, Sacerdote Iglesia San Marcos. Washington, D.C.

“Siempre se necesita mucha ayuda, aquí no hay suficiente”, concluyó José Martínez.

Con información de Joaquín Fuentes y Jorge Ulloa

DMGS