ESTADOS UNIDOS

Odio racial agudiza temor entre migrantes en Estados Unidos

Un hombre de 51 años de edad atacó a dos ciudadanos indios en el bar de un restaurante de la ciudad de Kansas, en Estados Unidos. Luego de gritarles que no pertenecían a Estados Unidos, Adam Purinton disparó a los dos ingenieros del país asiático. Srinivas Kuchibhotla murió y su amigo Alok Madasani se recupera en un hospital local.

Purinton también lesionó a un anglosajón que trató de impedir el crimen de odio.

Ian Grillot, de 24 años de edad, ya es considerado un héroe, a pesar de que no pudo impedir la huida del atacante. “Yo solo hice lo que cualquiera hubiera hecho. Cuando empezó a disparar, nueve tiros, esperé a que estuviera vacío así es que procedí a derribarlo. Creo que no conté bien pero todo siguió y en eso se volteó y me disparó”, explica Ian Grillot, habitante de Kansas City.

Cinco horas después, Adam Purinton fue detenido.

Adam Grillot, joven que detuvo a Adam Purinton cuando atacaba a ciudadanos indios en un bar de Kansas (Noticieros Televisa)

“Él no merecía una muerte como esta. ¿Cómo pudo decidir eso por el color de una persona?”; considera Sunayana Dumala, esposa de un indio asesinado.

Durante las dos semanas más recientes, ella le cuestionó a su marido si era seguro permanecer en Estados Unidos por el aumento del racismo y la xenofobia, luego de la llegada de Donald Trump al poder.

“Yo siempre estuve preocupada. ¿Estábamos haciendo lo correcto al quedarnos en los Estados Unidos de América? Pero él siempre me aseguraba que solo las cosas buenas le pasaban a las personas buenas”, agrega Sunayana Dumala, esposa de un indio asesinado en Kansas.

Sunayana Dumala y Srinivas Kuchibhotla, el ciudadano indio muerto en un ataque en Kansas (Noticieros Televisa)

En el aeropuerto de Fort Lauderdale, Florida, el hijo de Muhammad Alí fue retenido durante más de dos horas, solo por su nombre musulmán. Muhammad Alí Junior regresaba de Jamaica con su esposa. Agentes migratorios le cuestionaron varias veces por qué su religión era el islam.

El caso de la salvadoreña Sara Beltrán provocó la movilización de Amnistía Internacional. El organismo que lucha por los derechos humanos empezó una campaña para exigir la libertad de la madre de dos hijos, que necesita una cirugía para extirparle un tumor cerebral.

Beltrán Hernández huyó del país centroamericano por la violencia de las pandillas, pero, a pesar de tener una solicitud de asilo, fue retenida por la oficina de Inmigración y Aduanas. El ICE asegura que la mujer sigue con acceso a atención médica de emergencia pero Amnistía Internacional pide que sea liberada para recibir de inmediato los cuidados que necesita, además de que debe permitírsele recuperarse con su familia mientras revisan su petición de asilo.

Sara Beltrán, migrante centroamericana (Noticieros Televisa)

Ante la amenaza de ser detenidos y deportados, la incertidumbre crece entre la población latina en Estados Unidos.

El New York Times hizo un recuento de varios casos parecidos. El diario publicó que agentes migratorios han entrado a cortes de Texas y Colorado para buscar a migrantes. En Virginia han esperado afuera de iglesias que son utilizadas como refugio y en el Aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York, a los pasajeros que venían en un vuelo de San Francisco, les exigieron sus papeles antes de poder bajar. El periódico criticó que los nuevos lineamientos en política migratoria han provocado que los oficiales se estén sobrepasando en sus atribuciones. Esto también ha causado un aumento del miedo entre los musulmanes.

El gobierno de Canadá dijo que se ha registrado un aumento significativo de personas que cruzan ilegalmente la frontera con Estados Unidos. La mayoría son sirios, yemeníes, sudaneses u originarios de los otros cuatro países que Donald Trump incluyó en su veto migratorio, suspendido por un juez federal.

Pero ante el endurecimiento de las medidas antimigrantes del gobierno de Trump, la sociedad civil se organiza. En el sur de California, líderes católicos, protestantes y judíos están formando una red de “hogares seguros”. Han puesto sus casas para que puedan ser ocupadas por migrantes en riesgo de deportación.

Con información de Adrián Soulé

MLV