CRIMEN Y SEGURIDAD

Ocho viudas y 23 huérfanos, el saldo que dejan los músicos calcinados por Los Ardillos en Chilapa

Familiares de los músicos aseguran que nunca tuvieron problema en adentrarse a regiones dominadas por el grupo criminal de Los Ardillos

El asesinato de 10 músicos el pasado 17 de enero en la carretera Mezcalzingo-Tlayelpan, en el municipio de Chilapa de Álvarez, dejó a ocho mujeres viudas y 23 huérfanos.

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“No sé quién me va a apoyar o quién me va a ver al momento que va a va venir el bebé que estoy esperando. Sin el apoyo de él siento como si estuviera así, sola, sola”, dijo Basilia Tepetitlán, viuda de Antonio Mendoza.

Basilia tiene 23 años de edad y siete meses de embarazo. En noviembre, ella y Antonio Mendoza Tolentino, de 24 años, se fueron a vivir juntos a su natal Alcozacán, en el municipio de Chilapa.

Al joven, una de las 10 personas asesinadas el 17 de enero por Los Ardillos, no le gustaba que lo fotografiase. Una imagen donde Antonio aparece con su papá, será la única que conocerá el bebé que está por nacer.

“Íbamos a hacer una casita para, sí, pues, vivir los dos juntos, y los hijos pues que dios nos regalara, pero ese era su deseo. No sé cómo, pero, ya no se pudo”, recordó Basilia Tepetitlán.

Antonio no era músico del grupo sensación musical. Desde hace dos años se encargaba de cargar los instrumentos y equipo de la agrupación, con paga de 250 pesos por salida.

Su familia asegura que nunca tuvieron problema en adentrarse a regiones dominadas por Los Ardillos.

“La otra semana que ya había ido a otro lado. Fueron a tocar y regresaron bien, pero pues desgraciadamente fueron esta semana, el día 17. Cinco estaban despedazados y cinco quemados en la camioneta”, señaló Agustín Mendoza, papa de Antonio.

Entre los 10 asesinados también estaba Israel Tolentino Ahulicán, de 24 años, que ese día fue contratado como chofer.

“Sí, él de hecho me llamó el jueves por la tarde, como a las nueve de la noche me habló. Dice: ‘Ya empezó el grupo, ya me estoy durmiendo, mañana ahí te veo, voy a llegar temprano’, dice. Y la última vez que me habló”, apuntó Marina Tepetitlán, viuda de Israel Tolentino.

Israel, oriundo de Alcozacán, vivió desde pequeño en Cuernavaca y era ayudante de albañil, mecánico y le gustaba conducir.

Dos semanas antes del ataque regreso a su pueblo a incorporarse a labores de seguridad en la comisaría. Llegó con su esposa e hija de tres años, además de un bebé de tres meses.

Feliciana Ahulicán, mamá Israel Tolentino recordó lo que le dijo su hijo:

“’Mamá, yo voy a ir por un año, si puedo te voy a ir a visitar’. Siento feo, siento triste, ya nunca lo voy a ver mi hijo. Pues, se perdió para toda la vida”.

El cuerpo de Israel es uno de los cinco que las autoridades no han entregado porque, dijeron a las familias, se encuentran irreconocibles.

Tampoco se han realizado las pruebas de genética correspondientes.

“No lo hubiera dejado ir, que se quedara pues aquí conmigo”, comentó Marina Tepetitlán, viuda de Israel Tolentino.

“Ojalá los encuentren a los que fueron, a los culpables. Ya así ya tengamos tranquilidad, o paz en esta comunidad. Así viviendo con violencia es muy difícil”, dijo Basilia, viuda de Antonio Mendoza.

Con información de Guillermo Rivera y Fernando Guillén

LLH