CRIMEN Y SEGURIDAD

Obispos piden paciencia ante estrategia de López Obrador

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no tiene una lámpara maravillosa para cambiar las cosas en nuestro país de un día para otro, sobre todo en el tema de la violencia, así lo dijo el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), monseñor Rogelio Cabrera.

“México no cambia en un mes; el presidente no tiene la lámpara de Aladino, es muy complejo el tema de la violencia […] lo que importa es que vayamos creando un ambiente de reconciliación […] hay un principio de política social que dice: contra violencia, convivencia; tenemos que hacer labor de recuperar la conciencia en las grandes ciudades […] ya dijo el presidente de la República que primero sanará la cabeza; qué bueno, si la cabeza está bien, hay posibilidades de que eso cunda en el cuerpo social […] pero tampoco esperemos que México cambie en un minuto, el problema es muy grande, México está en terapia intensiva”, apunto Cabrera durante una conferencia de prensa por el inicio de año.

Rogelio Cabrera habló también del nuevo Equipo Nacional para la Protección del Menor, que tiene el objetivo de prevenir el abuso sexual en el clero y la iglesia en general y ofrecer una correcta actuación civil y canónica en caso de abuso.

Las diócesis de cada estado deben adecuar a la legislación local un manual de actuación en caso de abuso. Tienen, dijeron, toda la disposición de apoyar a las víctimas.

Alfonso Miranda, secretario general del CEM, apuntó que no se trata de esconder, sino “de enfrentar, resolver, corregir, sanar”.

Informaron que el pPresidente de la Conferencia del Episcopado viajará a Roma en febrero para hablar del tema de los abusos.

Rogelio Cabrera apuntó que planteará en El Vaticano “que se nos den facultades a las conferencias episcopales para ser una segunda instancia de aquellas situaciones que no se resuelven en las diócesis o en las comunidades religiosas o en las instituciones educativas porque si no hay otra instancia, siempre habrá una pared, una tapia que no permita que las cosas sigan adelante […] Es un deber ineludible escuchar a la víctima”.

Añadió que han tenido diálogo permanente con víctimas de sacerdotes, no sólo menores y seminaristas, también mujeres.

En el tema de los migrantes, dijeron que la obligación de la Iglesia es atenderlos en sus necesidades básicas.

(Con información de Susana López)
tfo