ECONOMíA

Nuevo Aeropuerto Internacional de México, análisis a favor y en contra, en Despierta

El ingeniero Javier Jiménez Espriú, asesor de Andrés Manuel López Obrador en materia de comunicaciones y transportes, y Federico Patiño Márquez, director del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), exponen argumentos en contra y a favor del proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), en la mesa de Despierta con Loret.

Inicialmente, Carlos Loret cuestionó al colaborador de López Obrador sobre sus argumentos en contra del NAIM. El ingeniero respondió que hay incertidumbres que les preocupan mucho, desde la ubicación; dijo que el lugar es el más inconveniente del Valle de México y que el monto de la obra es enorme, “muy cara para un país que tiene las condiciones del nuestro”. Además, señaló que el plan de financiamiento es “complicado e indebido” y denunció problemas de transparencia.

Cuestionado sobre si ve corrupción, Jiménez Espriú citó a Jesús Silva-Herzog Márquez, quien señaló en un artículo que en el actual ecosistema de corrupción, una obra como el NAIM obliga a plantearnos suspicacias, y señaló que sí cree que hay corrupción. Pero destacó que están en contra, fundamentalmente por razones de carácter físico, como problemas hidrológicos, impacto ambiental, impacto urbano y los pueblos originarios que están alrededor de esa zona.

Federico Patiño, director del GACM, argumentó que el Nuevo Aeropuerto Internacional de México no es el aeropuerto de un Gobierno o de un partido, “es un aeropuerto de Estado, es un aeropuerto de México para los mexicanos”.

Dijo que la ubicación se ha estudiado desde hace 20 años, que los aeropuertos se diseñan desde el espacio y hay gran cantidad de estudios de ingenieros mexicanos y organismos internacionales como la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y MITRE, una institución estadounidense sin fines de lucro, destacada por la investigación y desarrollo en ingeniería de sistemas de control de tráfico aéreo.

Patiño Márquez precisó que se estudiaron alternativas como Zumpango, Tizayuca y la ampliación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) “y la mejor opción siempre fue Texcoco”.

El director del GACM aseguró que hay estudios aeronáuticos que señalan a Texcoco como la mejor por su clima, orientación y tamaño.

Dijo que el AICM actualmente da servicio a 45 millones de personas, una tercera parte de los pasajeros de México, y representa 60% del transporte aéreo en el país. Detalló que el flujo de pasajeros en el AICM crece a un ritmo de 10% anual, es decir, que los últimos cinco años el flujo creció 50%.

“¿Por qué no Santa Lucía?”, preguntó Carlos Loret.

Los expertos lo han dicho, es más, tuvimos reuniones con ellos, se les explicó, estuvo la gente de la OACI, la gente de MITRE, hay interferencia”, respondió Federico Patiño Márquez, director del Grupo Aeroportuario de la Ciudad, y mostró un mapa para explicar que Santa Lucía se ubica a 43 kilómetros del AICM.

Destacó que si construyeran en Santa Lucía, serían dos terminales a 43 kilómetros de distancia, además el 80% de los vientos corren de norte a sur y los aviones tendrían que aterrizar de sur a norte. “Tenemos una interferencia que se llama San Mateo, en San Mateo los aviones que aterrizan en la Ciudad de México se cruzarían con los aviones que aterrizarían o despegarían en Santa Lucía”.

“Hay riesgo de que chocaran los aviones”, dijo Carlos Loret.

Sí, es como tener un cruce de dos carreteras en el aire sin semáforo”, respondió Federico Patiño.

Cuestionado sobre el respaldo de su proyecto en Santa Lucía, el ingeniero Javier Jimenez Espriú dijo que son técnicos relacionados con el uso de suelo y con el espacio aéreo. Dijo que no está de acuerdo con la tesis de que se pueden cruzar los aviones. “No se cruzan los aviones (…) Los ingenieros consideramos que no existe obra de ingeniería imposible, pero sí hay obras de ingeniería incosteables, y esta, la del Nuevo Aeropuerto, es una de ellas”.

“¿Por qué no chocarían en el aire?, preguntó Carlos Loret.

MITRE dice que las trayectorias, los patrones de descenso y ascenso.. no se cruzan, si no que se plantea una distancia, distancias aeronáuticas para aterrizar o para despegar… se cruzarían, llamémoslo así, a 800 pies de distancia, pero eso estamos considerando con las condiciones actuales y con el VOR de San Mateo, pero hay otras alternativas aeronáuticas que permiten salvar esos problemas”, dijo el ingeniero.

“¿Qué sería qué, por ejemplo?”, preguntó Loret.

Otro VOR además del de San Mateo”, respondió Javier Jiménez Espriú.

VOR es un acrónimo para la frase en inglés Very High Frequency Omnidirectional Range, que significa Radiofaro Omnidireccional de Muy Alta Frecuencia; se trata de una radioayuda a la navegación que utilizan las aeronaves para seguir en vuelo una ruta preestablecida.

El ingeniero señaló que para un problema no existe sólo una solución, pero el NAIM es enorme, es carísima y, por la orientación de las pistas, “está cancelando el actual aeropuerto y la base aérea de Santa Lucía. Estamos tirando a la basura, en un país como el nuestro, lo que valen las instalaciones (del AICM), instalaciones que por cierto, mientras ya se estaba concursando el aeropuerto de Santa Lucía, estaban haciendo el Hangar Presidencial que costó mil millones de pesos, sabiendo que lo iban a tirar cinco años después”.

Federico Patiño Márquez, director del Grupo Aeroportuario de la CDMX, respondió: “Suponiendo, sin conceder, que pudieran funcionar los dos aeropuertos, que insisto, técnicamente no es viable, desde el punto de vista aeronáutico no es viable, pero supongamos que pudiera funcionar, es como tener dos terminales a 43 kilómetros de distancia”.

Patiño argumentó que la propuesta de Andrés Manuel López Obrador es usar el AICM como terminal nacional y Santa Lucía para vuelos internacionales, “en el libro de López Obrador así lo señala”, y aseguró que lo que se necesita es un solo aeropuerto.

Explicó que, si alguien quiere viajar de Los Angeles, en Estados Unidos, a Oaxaca, tendría que volar primero a Tizayuca, después tendría que trasladarse al AICM, “no sé si en camión, en taxi, o en automóvil, no sé cuánto tiempo le llevaría, son 43 kilómetros, tomaría su vuelo del aeropuerto actual a Oaxaca, ¿sabes qué va a pasar con ese turista? Ya no va a ir a Oaxaca”.

El ingeniero Javier Jimenez Espriú aclaró que hubo un planteamiento, hace tiempo, de que una terminal fuera nacional y otra internacional, pero ahora “no es el caso”. Explicó que sí hay que darle solución al problema aeroportuario del Valle de México, pero hacer un nuevo aeropuerto y cancelar el otro “no se hace ningún lado”.

Puso como ejemplo París y dijo que cuando se saturó Le Bourget, construyeron la terminal de Orly, y que cuando se saturó Orly construyeron la Charles de Gaulle, “y funcionan los tres, y cuando un pasajero tiene que ir de Orly a Le Bourget o a Charles de Gaulle pues toma un camión, el metro, en fin, los sistemas de transporte”. Agregó que Tokio tiene dos aeropuertos y Nueva York tiene tres.

Federico Patiño Márquez, director del Grupo Aeroportuario de la CDMX, respondió que lo ideal es toner un solo aeropuerto, “un solo hub”. Detalló que según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), el 80% de los pasajeros seleccionan en qué aeropuerto aterrizar para conectar en función del tiempo de la conexión y que la conectividad ideal en vuelos internacionales es de entre 45 minutos y una hora; para vuelos nacionales, entre 35 y 45 minutos; el propio pasajero selecciona a qué aeropuerto conectarse.

Aseguró que el Aeropuerto de la Ciudad de México está diseñado de esa manera y que muchos países quisieran tener un solo aeropuerto, pero no es posible por la superficie. El NAIM “tiene 5 mil hectáreas donde te caben seis pistas, y el aeropuerto está diseñado a largo plazo, por etapas”.

Patiño explicó que la primera etapa considera 6 pistas con una terminal para dar servicio a 70 millones de pasajeros, se duplica la capacidad del AICM, “y sería el primer aeropuerto que tendría una triple operación simultánea, ¿qué quiere decir esto? Que vamos a poder utilizar las tres pistas al mismo tiempo, pero necesitamos espacio, un kilómetro y medio entre pistas”.

Detalló que el AICM tiene dos pistas, pero hay 330 metros de distancia entre ellas y no se pueden operar de manera simultánea. Dijo que se requiere un aeropuerto donde puedas conectarte, venir de todo el mundo y salir a todo el mundo.

Con información de Despierta con Loret

MLV