CRIMEN Y SEGURIDAD

No cesan los enfrentamientos en Nicaragua; se contabilizan 273 muertos

Las fuerzas progubernamentales continúan recuperando terreno en Nicaragua, dejando a su paso manifestantes asesinados y heridos.

El viernes, mientras el presidente Daniel Ortega se encontraba en un mitin en la ciudad de Masaya, paramilitares en la capital atacaron el campus de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, la UNAN, controlado por la resistencia estudiantil desde hace dos meses y que se había convertido en el último bastión de los universitarios.

Los puntos de acceso al recinto estaban bloqueados de manera improvisada por los estudiantes con barricadas de ladrillos y alambre.

Alrededor de las seis de la tarde, un grupo de hombres encapuchados y fuertemente armados llegó al campus y aunque algunos estudiantes protegían la entrada con piedras, bombas caseras y algunas armas de fuego, las fuerzas progubernamentales rompieron la defensa sin grandes problemas.

Algunos mensajes en Twitter reflejaron la situación:

– “Quedamos solos”

– “Nos vamos a morir entonces, no hay nada que hacer.”

– “Mamá perdóname, salir a defender mi patria, te amo…”

– “A la mía que no la veo desde abril, desde que salí de mi casa, díganle que la quiero mucho y que no me arrepiento de nada, morir por una causa.”

Los jóvenes intentaron huir, pero ante el ataque con armas de fuego, alrededor de doscientos se resguardaron en la parroquia de la Divina Misericordia, junto con miembros de organizaciones civiles y periodistas.

Cuando los chicos que estaban dentro de la UNAN sintieron que estaban siendo atacados y una de sus primeras reacciones fue sentir refugio y pedir apoyo a la iglesia”, narró Leopoldo Jose Brenes, cardenal de Managua.

Los paramilitares sitiaron el lugar, manteniendo el ataque con armas de grueso calibre. Pasadas las 10 de la noche se hizo una tregua para liberar a los heridos y al único reportero estadounidense.

“Quisimos buscar salida, corriendo hacia el camión que nos iba a sacar de aquí y me dieron en la pierna. No se me ha tratado y el dolor es insoportable”, escribió en Twitter Joshua Partlow, periodista del Washington Post.

Ante la solicitud de ayuda del cura de la parroquia, llegaron Monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag, enviado del Vaticano a Nicaragua y Leopoldo Brenes, cardenal de Managua, los miembros de más alta jerarquía de la Iglesia católica en el país.

Ambos negociaron durante más de doce horas la salida de las personas que quedaban en la iglesia, a las ocho de la mañana los paramilitares detuvieron el ataque y pasadas las nueve permitieron la salida de los estudiantes, que se cubrieron el rostro por temor a represalias.

Los jóvenes fueron trasladados a la Catedral Metropolitana en una caravana y a su llegada fueron recibidos por una multitud en señal de apoyo.

Es inclaudicable este pueblo porque seguimos manifestándonos. A Ortega le ha dolido porque el pueblo ya no está con él. Está solo, solo le acompañan las balas, las armas y sus paramilitares contratados que solo han empuñado el fusil contra el pueblo. Eso es lo único que le acompaña”, dijo Lesther Alemán, líder de la Coalición universitaria de Nicaragua.

El saldo del enfrentamiento: dos estudiantes muertos por arma de fuego: José Flores y Gerald Vázquez, así como 16 heridos.

Con estos hechos, la Organización de Estados Americanos contabiliza al menos 273 muertos y más de 1,800 heridos. Diversos países de América como Argentina, Brasil, Estados Unidos y México publicaron notas de rechazo a la violencia de contra los estudiantes.

Este lunes se cumplen 90 días de protestas en Nicaragua, los opositores piden elecciones anticipadas, pero Daniel Ortega ha dicho que no se irá, aun así la apuesta por el diálogo se mantiene como la opción más viable para salir de esta crisis.

Con información de Juan José Parcero

AAE