DEPORTES

Niños triqui entrenan futbol sin competencia y sin violencia al contrincante

Cada lunes por la tarde, los niños de la comunidad triqui, que viven en las inmediaciones de la delegación Venustiano Carranza, se alistan para ir a su entrenamiento de futbol.

La convocatoria es para todos, desde los más pequeños hasta los más grandes, no importa si son niños o niñas a todos los une el futbol.

Aunque en realidad el deporte es el pretexto para que los niños tengan una perspectiva de vida diferente.

Paula Sandoval, coordinadora del Proyecto Cantera, dijo: “El proyecto es el gancho para que los niños en vez de estar en la calle, en vez de estar trabajando, en vez de estar consumiendo y haciendo cosas que no les brindan ningún beneficio, estén utilizando el deporte para hacer trabajo en equipo, para aprender sobre valores, para trabajar y resolver los conflictos, para generar pensamiento creativo y crítico”.

Es un entrenamiento diferente al habitual, porque a diferencia de otros partidos de futbol, no hay competencia, ni tampoco violencia al contrincante.

El entrenador Roberto de Paz Arredondo, destacó: “Pensamos en futbol, pensamos en el llano, en que el árbitro puede salir perjudicado, que puede acabar en golpes, aquí no, aquí es un idioma muy bonito, que se trabaja con una inocencia talvez, futbolística si nos vamos a lo profesional, pero los niños aprenden a coordinar, a tener velocidad, a reaccionar, a tener buen futbol”.

“Hacemos entrenamientos de futbol que tienen toda una metodología de reforzamiento positivo, de utilizar el deporte para integrar, para generar un espacio incluyente, y a través del futbol se enseñan valores y habilidades para la vida”, agregó Paula Sandoval.

Con la presencia del entrenador y de un psicólogo se lleva a cabo el entrenamiento, en el que se incluyen elementos de coordinación física y emocional.

Por ejemplo, no hay tarjetas amarillas ni rojas. “Nosotros tenemos la tarjeta verde, que la tarjeta amarilla y la roja son para sancionar a alguien o para decir delante de todos que están haciendo algo mal, la tarjeta verde es todo lo contrario, yo le puedo decir a un chico jugaste muy bien, si un niño ayuda a levantar a su compañero le doy una tarjeta verde, es como fortalecer las cosas que se están haciendo bien”, comentó Roberto de Paz Arredondo.

Al fin y al cabo, no se trata de ganar o perder, sino de jugar en armonía, teniendo la certeza de que los niños replicarán en sus casas, los valores que aprendieron.

Con información de Karina Cuevas

LSH