CRIMEN Y SEGURIDAD

Negocio del huachicol deja la clandestinidad; crece a la vista de todos

La violencia generada por las bandas de huachicol en Puebla ha ido en aumento.

Los ataques a militares y policías se han hecho cada vez más frecuentes.

“Ellos andan armados, no nos podemos arrimar con ellos porque ellos vienen bien armados”, dijo Guadalupe, habitante de Palmar de Bravo, Puebla,

La zona de operación de estos grupos se fue ampliando.

Antes de 2015, el mayor número de tomas clandestinas estaba en el llamado Triángulo Rojo, a 30 kilómetros de la ciudad de Puebla, pero desde 2016 las tomas proliferaron y el Triángulo Rojo se convirtió en la franja del huachicol por donde pasan los ductos de Pemex que van de Veracruz a la Ciudad de México.

La venta de combustible robado dejó de ser clandestina y se convirtió en un negocio a la vista de todos.

Los huachicoleros no sólo venden en la carretera México-Puebla-Veracruz, también lo hacen en mercados populares y tianguis ganaderos, como el de Zozutla.

Niños y jóvenes se sumaron al negocio ilícito, unos como informantes, otros como vendedores.

El negocio del huachicol es tan lucrativo que los sectores de la población que viven de esta actividad ilícita se organizan para expulsar y enfrentar a militares y policías cada vez que implementan operativos, por ello, en más de una ocasión los militares han tenido que abandonar las comunidades.

En el último año y medio, policías y militares han enfrentado al menos diez embates de huachicoleros.

Con información de Marco Antonio Coronel

LHE