Norberto Rivera encabeza Misa de Bendición de las Rosas en la Basílica de Guadalupe

Miles de peregrinos se dieron cita este 12 de diciembre en la Basílica de la Ciudad de México, para celebrar a la Virgen de Guadalupe.

No hay más que la fe, en todo lugar y las imágenes por la madrecita que tenemos aquí y es a nivel mundial. Llevo más de 20 años viniendo a la Basílica y aquí estamos; es una manda del mero 12 que yo tengo con ella. Cada paso que vengo dando es por todos y cada uno y cuando llego es una alegría y una satisfacción de darle gracias por un año más”, explicó Leopoldo Juárez, peregrino.

Mi madrecita querida, vengo a pedirle por mi familia, por mí y por los que ya no están conmigo, es la que me cuida día y noche, siempre me recomiendo a ella y ante dios”, aseguró Margarito Cazares, peregrino.

La Basílica de Guadalupe recibió a decenas de miles de fieles que vinieron a ver a la Virgen.

Miguel y su hijo llegaron desde Tizayuca, Hidalgo, hasta la Villa. Caminaron durante 25 horas para pagar una promesa, porque la Virgen les cumplió.

 Una promesa que le hice de mi padre cuando estaba enfermo, lo operaron. Que iba yo a venir caminando hasta acá”, aseguró Miguel Ángel Pérez, peregrino.

María Arminda vino de Tehuacán, Puebla, para pedir por su familia.

 Venimos porque tenemos fe y porque creo en la Virgen; una fe muy intensa. Tengo un hijo que es la oveja negra, que ahora tiene problemas con su esposa, con mis nietos, entonces vine por eso a pedirle y encomendarme en las manos de ella, porque ella es la única, porque yo sola no puedo”, comentó María Arminda, peregrina.

Al medio día se llevó a cabo la Misa de la Bendición de las Rosas a cargo del ahora administrador apostólico de la Arquidiócesis de México, Norberto Rivera Carrera, quien estuvo acompañado de los venerables cabildos de Guadalupe y Metropolitano, el clero del santuario y padres invitados.

Ahí Rivera dijo que se debe reconstruir el corazón.

Quitar toda idolatría, todo error, toda falsedad y traición, toda oscuridad y temor, toda mentira y egoísmo, que también esto se manifiesta en la corrupción, en la violencia y en la delincuencia, estos son los desastres que aniquilan la esperanza, como el tráfico nacional e internacional de la droga que envenena y mata, el dinero mal habido, asesinatos, violencia, secuestros y demás desastres que son un verdadero terremoto continuo que destruye la casa sagrada de nuestra dignidad, de nuestros valores, de nuestra existencia”, señaló Norberto Rivera Carrera.

En esta homilía, el cardenal Rivera agradeció a la Virgen por sus años al frente de la Arquidiócesis de México, cargo que deja en febrero y en el que fue designado por el papa Francisco, el arzobispo Carlos Aguiar Reyes.

 Gracias madre mía por estar siempre presente en mi niñez, en mi adolescencia, en mi juventud, en mi adultez. Gracias por ser parte en el llamado que Dios me dio para ser su sacerdote; gracias a todos y cada uno de los momentos que en esta Arquidiócesis de México pudimos hacer frente, como el Segundo Sínodo y a la Misión continental, el apostolado de todo nivel y las visitas que el santo padre nos regaló. Así mismo hicimos frente a las situaciones difíciles tanto aquellas creadas por el ser humano como las que manifestó la naturaleza con toda su fuerza, gracias por todos estos años, por cada uno de los momentos vividos en este servicio”, comentó Norberto Rivera Carrera.

Al atrio y alrededores de la Basílica siguieron llegando visitantes.

Al final de la jornada, los peregrinos se van, cómo ellos dicen, con el corazón fortalecido.

Con información de Susana López

MAP