CLIMA Y FENóMENOS NATURALES

¿Cómo se propagaron las ondas sísmicas del temblor en Chiapas?

Carlos Valdés, director del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), explicó que cuando se inició el temblor 8.2 grados que se registró el jueves, en Chiapas, el sistema de detección les indicó “la propagación, como vienen viajando las ondas sísmicas”.

En entrevista con Denise Maerker, En Punto, el ingeniero detalló que las ondas primarias viajan a seis kilómetros por segundo y las secundarias a tres kilómetros por segundo, a esta velocidad, de seis kilómetros por segundo, llegamos a Cuernavaca en 10 segundos”.

Las ondas sísmicas “se van alejando del epicentro recorriendo los estados de Oaxaca, va llegando a la parte sur de Puebla”, Guerrero “en un círculo rosa, que son las ondas frontales en Chilpancingo”, luego se dirigieron a Morelos y finalmente la Ciudad de México.

El Cenapred, literalmente, vio venir el temblor, en tiempo real.

El ingeniero expuso que las ondas en color amarillo, las que viajan a la mitad de la velocidad, son las llamadas “ondas superficiales, son muchas ondas, que es lo que provoca la vibración que hace que los edificios comiencen a moverse y se comiencen a dañar”.

El sonido (de las ondas) hace que uno entre en un estado crítico. Empezamos a hacer llamadas, utilizamos las comunicaciones, las redes para decir: ‘Está sonando la alerta sísmica, se está propagando un sismo'”, precisó el ingeniero Valdés.

Comparativa entre sismos de 1985 y 2017

El director del Cenapred subrayo que la distancia entre el epicentro del sismo del 19 de septiembre de 1985 y el del jueves es la diferencia en los daños que sufrió la Ciudad de México.

El sismo de 1985 tuvo su epicentro en Michoacán a 400 kilómetros de la capital y la intensidad fue de 8.1 grados; el sismo del jueves tuvo una distancia de 700 kilómetros, con magnitud de 8.2 grados, epicentro en Chiapas.

A pesar de ser un sismo más grande, al ir propagando las ondas sísmicas se va perdiendo amplitud, suficientemente grande para hacer mover todos los edificios y que nos deja muy claro que es un sismo importante, pero no llega a un nivel de intensidad que provoca daños como lo hizo el sismo de 1985. La distancia aquí jugó un papel crítico”, apuntó el especialista.

Comparación de liberación de energía sísmica

El ingeniero Valdés destacó que cada grado de diferencia entre sismo y sismo corresponde a la liberar “30 veces más la energía”.

La magnitud 7 es 30 veces la magnitud 6. “Si nos vamos al siguiente nivel… multiplicamos 30 por 30”, especificó.

La energía liberada entre el sismo de 1985 y el de 2017 puede representar “entre dos y tres veces la energía del 8.1”, sostuvo.

Luces en el cielo

Las luces que resplandecieron en el cielo de la Ciudad de México durante el sismo se debió a la intensidad del movimiento “que hace que el cableado eléctrico comience a golpear, a tocarse, que exploten los transformadores, tenemos entonces una fulguración muy fuerte, muy intensa. Las nubes estaban bajas por las condiciones climatológicas y entonces reflejan” la luz.

El ingeniero Carlos Valdés informó que podría haber una réplica al sismo de 8.2 grados de Chiapas, menos fuerte y “cercana al epicentro”.

Nadie puede decir si va ocurrir una réplica, por ejemplo, de 7.2 ni cuándo va ocurrir”, finalizó el ingeniero.

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RMT