ECONOMíA

Economía de Brasil tiene segundo año de recesión

La economía brasileña acumuló en 2016 su segundo año de recesión consecutivo; el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo 3.6 por ciento, según datos oficiales que confirman la peor crisis del gigante sudamericano en más de medio siglo.

La caída de 3.6 por ciento del PIB en 2016 se sumó a la contracción de 3.8 por ciento en 2015, lo que hundió a la mayor economía de América Latina en un escenario de desempleo, recortes sociales y aumento de los índices de pobreza.

“Si observamos el bienio 2015-2016 hubo una caída acumulada de 7.2 por ciento del PIB”, dijo este martes Rebeca Palis, coordinadora en el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), que publica los datos oficiales.

La recesión es la peor desde, por lo menos, 1948, según Palis, quien presentó datos sensiblemente peores a los pronosticados por analistas y economistas, que estimaban que el PIB habría caído 3.5 por ciento.

Los datos del IBGE apuntan a una contracción generalizada –desde la producción agropecuaria a la industria- en todos los sectores de la economía brasileña, que tiene su PIB dependiente en 70 por ciento del área de los servicios.

En el cuarto trimestre de 2016, la caída del PIB fue de 0.9 por ciento, lo que señala que la caída de la actividad sigue siendo pronunciada, a pesar de la llegada al poder del nuevo presidente, Michel Temer, quien asumió en mayo de 2016 y dijo que colocaría “al país en los raíles”.

“El PIB divulgado hoy se refiere al año pasado. Es el espejo retrovisor. Los índices que vendrán reflejarán lo que está pasando ahora”, dijo el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, al comentar este martes los datos.

“Brasil es un país que comienza a volver a la normalidad. Sentimos todavía los efectos de la recesión, pero el país comienza a crecer”, agregó el influyente Meirelles, artífice del proyecto reformista que el Ejecutivo quiere impulsar –por medio de polémicas reformas laboral y del sistema de pensiones- en la economía.

“Hemos puesto la casa en orden”, dijo por su parte Temer, cuyo gobierno está fragilizado por los escándalos de corrupción que amenazan a varios de sus ministros y las sospechas de que él mismo habría participado en el esquema de financiación ilegal de campañas políticas destapado por la Operación Lava Jato.

El gobierno brasileño asegura desde hace semanas que, a pesar de la “herencia” dejada por la expresidenta Dilma Rousseff, el país ya volvió a crecer, pero organismos internacionales se muestran más cautos respecto a Brasil, en particular por el impacto en el desempleo de esta crisis.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un crecimiento casi plano para este año (0.3-0.5) y en 2018 el PIB del gigante sudamericano apenas debería crecer 1.5 por ciento.

El año pasado el índice de desocupados se situó en 12.3 millones de personas, es decir 12 por ciento de la población económicamente activa (PEA), según datos publicados en enero.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señaló en enero pasado que el desempleo en Brasil será el peor en toda la región este año, y estimó que el número de desocupados alcanzará los 13.8 millones de personas (12.4 por ciento de la PEA) en 2018.

 

 

 

tfo