ARTE Y CULTURA

Muere el poeta cubano Rafael Alcides a los 85 años

El escritor cubano Rafael Alcides, considerado uno de los últimos grandes poetas vivos de la isla, murió en La Habana a los 85 años tras vivir más de dos décadas apartado de la vida pública y sin ser publicado en su país natal, confirmó a Efe la familia del literato.

Alcides (Bayamo, 1933) se consideraba a sí mismo un “insiliado” dentro de Cuba y falleció a causa de un cáncer que sufría desde hace varios años.

Perteneció a la segunda promoción de la llamada Generación Poética del Cincuenta, junto a Fayad Jamís, Pablo Armando Fernández y Antón Arrufat, casi todos cultivadores del coloquialismo.

Sus primeros poemarios publicados fueron “Himnos de montaña” (1961), “Gitana” (1962) y “La pata de palo” (1967). A finales de la década de 1960, la primera de la Revolución Cubana en el poder, Alcides decidió por primera vez retirarse de la escena cultural de la isla.

Volvió al sistema de edición cubano, enteramente estatal, unos veinte años después con la que sería su obra más reconocida: “Agradecido como un perro” (1983), con la que se convirtió en el poeta de referencia para los cubanos nacidos en la segunda mitad del Siglo XX.

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El poema homónimo está considerado por sus pares como “una obra de arte de la palabra conversacional”, que muestra “la calidez de un hombre que se expresa con la piel abierta al mundo, aunque reciba heridas o caricias”, según escribió el crítico y poeta cubano Virgilio López Lemus.

Sus últimos textos publicados en Cuba fueron “Noche en el recuerdo” (1989), “Y se mueren, y vuelven, y se mueren” (1989) y “Nadie” (1993).

En medio de la crisis económica de 1990 en Cuba, Alcides se retiró de la vida cultural y virtualmente desapareció del foco público en la isla, “decepcionado” por la Revolución que tanto amó y “por la que habría muerto”, aseguró a Efe en 2009, cuando viajó a España para presentar su primer libro en 16 años.

En una de sus últimas entrevistas con Efe, en 2011, aclaró que su decisión de “mantenerse al margen” de la realidad cubana fue “su modo de no colaborar” sin tener que dejar su país, donde quería “pagar su penitencia” hasta el final de su vida.

A Alcides, cuyos restos serán cremados por decisión familiar, le sobreviven tres hijos y su esposa, la bloguera Regina Coyula.

Hasta el momento los medios estatales cubanos no se han hecho eco del fallecimiento del autor.

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Con información de EFE

HVI