CONFLICTOS ARMADOS

Mosul y Raqqa se liberan del Estado Islámico

2017 representó el peor año para el Estado Islámico. Tres años después de su vertiginoso avance en la conquista de territorio, el grupo terrorista perdió sus bastiones de Mosul, en Irak, y Raqqa, en Siria. Antes de tomar Mosul, el Estado Islámico era solamente un grupo local, sin embargo, con la conquista de la segunda ciudad más importante de Irak, el grupo extremista y su líder, Abu Bakr al-Bagdadi, irrumpieron en el escenario internacional.

La ofensiva para expulsar al Estado Islámico de Mosul comenzó en octubre de 2016. En enero de 2017 fue liberado el este de la ciudad y un mes más tarde se anunció la operación para recuperar la parte oeste.

En nueve meses de combates, la ciudad fue destruida en su totalidad. Más de 10 mil personas murieron y 900 mil fueron desplazadas. Finalmente, el 9 de julio, el Ejército iraquí anunció la liberación total de Mosul, que era desde junio de 2014 la capital en Irak del Estado Islámico.

El pasado 9 de diciembre se anunció el fin de la guerra contra el Estado Islámico en Irak, donde ya no controla ningún territorio.

Haider al-Abadi, primer ministro de Irak, declaró: “Anunciamos a nuestra gente y al mundo entero que nuestros héroes llegaron a los últimos bastiones del Estado Islámico y levantaron la bandera iraquí sobre esas áreas del oeste de Anbar, que fueron los últimos territorios usurpados. La bandera iraquí ondea alto sobre todas las tierras iraquíes y sobre las zonas fronterizas más remotas”.

En la otra parte del califato, las Fuerzas Democráticas iniciaron a finales de julio la ofensiva para liberar la ciudad de Raqqa, capital del Estado Islámico en Siria.

Durante la ofensiva, que duró cuatro meses, se estima que murieron tres mil 200 personas. De esas víctimas al menos mil 280 eran civiles. La coalición internacional realizó casi 4 mil ataques aéreos que destruyeron el 90% de la ciudad.

Sergei Rudskoi, jefe de operaciones del Ejército ruso, explicó: “Al día de hoy, en la República Árabe Siria, no hay una sola ciudad o área bajo el control del Estado Islámico. El territorio de Siria está completamente libre de militantes de esta organización terrorista”.

Raqqa estaba en poder del Estado Islámico desde 2014, cuando la arrebató a los rebeldes que luchaban contra Bashar al Assad. A partir de entonces se convirtió en el principal centro de operaciones del grupo, desde el que se cree que se organizaron los atentados terroristas contra objetivos occidentales.

También era el principal destino para miles de yihadistas de todo el mundo, se estima que unos cinco mil combatientes extranjeros llegaron a Raqqa, entre ellos el británico conocido como ‘John el Yihadista’, que apareció en videos del Estado Islámico decapitando a periodistas occidentales.

La derrota del califato no significa el fin de la amenaza yihadista, el Estado Islámico mantiene su capacidad para propagar su ideología y realizar ataques, por lo que el panorama para Irak y Siria en medio de un proceso de reconstrucción, no es alentador.

Con información de Emmanuel Rosalez

MLV