El ‘establishment‘ —como se les conoce a los moderados demócratas— festejó con júbilo el desempeño de Joe Biden en el supermartes, que le dio impulso para ganar la candidatura presidencia y alivió los temores sobre la catástrofe que preveían para los candidatos moderados al legislativo si el senador Bernie Sanders, un autoproclamado socialista, fuera el portaestandarte del partido.
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Sanders “puede perjudicar a todo el Partido Demócrata“, dijo el legislador Emanuel Cleaver, partidario del exvicepresidente. “Y nuestra causa más importante es derribar a Donald Trump. Él podría perjudicarla”.
Ahora “creo que vamos a ganar”, dijo Cleaver.
La consolidación notablemente brusca de un campo demócrata abultado en una contienda entre dos quedó de manifiesto el miércoles cuando Mike Bloomberg, el multimillonario exalcalde de Nueva York, se retiró y dio su respaldo a Biden.
Bloomberg había gastado 500 millones de dólares de su propio bolsillo –una suma enorme en política pero relativamente menor para un hombre de semejante fortuna–, pero apenas fue una mancha en el radar.
“Hace una semana veíamos cómo el movimiento o base moderado-progresista en Virginia se dividía entre cuatro” contendientes demócratas, dijo el representante Don Beyer, de Virginia. Beyer se inclinó por Biden esta semana después que el exalcalde de South Bend, Indiana Pete Buttigieg, desistió de su campaña.
“Me siento muy alentado por esto, soy mucho más optimista en cuanto a la posibilidad de mantener la mayoría en la cámara, recuperar el Senado y ganar la presidencia”, dijo Beyer.
La carrera sigue muy apretada y de pronóstico reservado
Sin embargo, aunque Biden ganó al menos ocho de los 14 estados del supermartes, incluidas Texas y una amplia franja del sur, Sanders se alzó con el premio mayor, California. Y no hay señales de que se haya cerrado la brecha entre moderados y liberales en el Partido Demócrata.
Bernie Sanders esta mañana en conferencia de prensa (Getty Images)
En verdad, no está claro cuánto tardarán los demócratas en decidir cuál de los dos se alzará con la candidatura. Los partidarios de Sanders no daban señales de abandonar a un candidato que, están convencidos, atraerá a multitudes de jóvenes y los llevará a la victoria en noviembre.
Jessica Cisneros, una abogada defensora de inmigrantes que estuvo a punto de derrotar al representante Henry Cuellar en la contienda por la candidatura de su distrito, sostuvo que “esto apenas comienza. Lo primero a derrotar era la cultura del miedo, y nuestro movimiento logró demostrar que estamos al borde de provocar un cambio fundamental en el sur de Texas“.
Los republicanos necesitan ganar 18 bancas en noviembre, en su batalla cuesta arriba para recuperar el control de la cámara baja, y eso si conservan las tres bancas de legisladores republicanos que se jubilaron. Tienen mayoría en el Senado por 53 a 47 votos.
En las dos cámaras, la naturaleza de esta batalla política revela por qué la campaña de Sanders aterra a los moderados.
Los demócratas obtuvieron la mayoría en la cámara baja en 2018 al ganar 42 bancas. De éstas, 29 son de distritos que Trump ganó en 2016 o perdió por menos de cinco puntos porcentuales, y la mayoría son de distritos donde el resultado depende de los votantes suburbanos moderados.
Las esperanzas demócratas de ganar la mayoría en el Senado dependen de derrotar a senadores republicanos de estados arduamente disputados como Arizona, Maine, Carolina del Norte y Colorado, donde los votantes moderados son cruciales.
Con información de AP
HAVJ
