El jefe del Ejército afgano, Qadam Shah Shahim, y el ministro de Defensa, Abdullah Habibi, dimitieron tras el ataque que, el viernes pasado, causó la muerte de 138 soldados en una base militar del norte del país, uno de los peores golpes a las fuerzas afganas desde 2001.
“El presidente Ashraf Gani aceptó las dimisiones del ministro de Defensa y el jefe del Ejército tras el ataque a la base militar”, informó el director del Centro Gubernamental de Información y Prensa, Sediq Sediqqi, en su cuenta de Twitter.
En la misma red social, el palacio presidencial confirmó las dimisiones de ambos “con efecto inmediato”.
“Los dos responsables presentaron sus renuncias por decisión propia”, precisó un portavoz de Gani, Dawa Khan Menapal, quien confirmó que la decisión se debe al ataque de hace tres días, reivindicado por los talibanes.
El ataque, que duró seis horas, comenzó poco después del mediodía, cuando los soldados salían de la mezquita tras las oraciones del viernes.
Con al menos 138 bajas infligidas, la acción fue la más contundente contra el Ejército afgano desde que en enero de 2015 la OTAN puso fin a su misión de combate en Afganistán, tras ceder de manera gradual el control de la seguridad a las tropas locales.
Con información de EFE
LHE