Al menos 35 mil venezolanos cruzan a diario la frontera con Colombia. Lo hacen a través del puente Simón Bolívar que separa a Cúcuta, en territorio colombiano, y San Antonio de Táchira en Venezuela.
Es una odisea que no tiene descanso ni horario. Día y noche, los migrantes huyen. Sus equipajes no están cargados de ilusiones, más bien de miedo y rabia.
-Tengo a mi familia acá en San Antonio, dice Luz Mendoza, venezolana emigrante.
-¿Cómo califica la situación?
-En Venezuela, fuerte, destaca Luz Mendoza, venezolana emigrante.
Es un éxodo gigantesco que pareciera no tener principio ni fin. Cúcuta, es la puerta grande para la emigración venezolana a Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Argentina.
Por momentos, se tiene la impresión que el paso de la muchedumbre más que una expatriación fuera una peregrinación. Pero a toda esta gente que camina día y noche, su gobierno, sus autoridades le han expropiado su futuro.
Un policía colombiano en el puente internacional Simón Bolívar en Cúcuta (Reuters)
Ancianos en sillas de ruedas, adultos con enormes equipajes y bultos, jóvenes que han dejado de estudiar, niños y hasta bebés en sus coches de paseo forman las legiones de migrantes.
Tengo ya aquí dos años laborando, legal no, trabajo aquí mismo en Villa Rosario como carnicero, pero con la esperanza de que algún día nuestro país se vuelva a acomodar, porque eso es lo que queremos”, relató Talid García, venezolano emigrante.
Otros, son menos optimistas y solo quieren un pasaporte para un sueño. Andreína tiene a toda su familia en Veracruz, México. Allí quiere ir.
Mamá, aquí estoy, echándole ganas con el favor de Dios, espero que Dios nos pueda ver pronto mamá, Aquí estoy, te amo”, dijo Andreína Ramírez, venezolana emigrante.
La crisis venezolana es de tal magnitud que golpea a todos, incluso a los simpatizantes de la revolución bolivariana.
Con la cuestión del bloqueo económico que tenemos todos pues, estamos prácticamente mal, mal. Ojalá que el señor que está arriba en el norte pues, se baje los calzones con otros países y respete al pueblo de Venezuela”, aseguró Anderson Granados, chavista.
Toma a un chavista cargando un costal y en la otra mano un paquete de papel higiénico.
Anderson es seguidor de Nicolás Maduro. No, le importa que deba viajar fuera de su país para conseguir papel higiénico. La gran mayoría de sus paisanos, especialmente los pobladores venezolanos de San Antonio de Táchira, cruzan también la frontera para conseguir alimentos.
Harína, lo normal en el mercado”, dijo Jessica Calderón, compradora venezolana.
En Venezuela, el gobierno ha puesto una vez más bajo control y precio oficial una canasta de 25 alimentos básicos, entre ellos carne de res, pollo, fideos, aceite, pero los puestos de venta están vacíos. Todo lo contrario que pasa en Cúcuta, la ciudad colombiana que alimenta a los venezolanos.
Allá no se consigue nada, nos toca venir para acá a comprar todas las cosas y así a como esté el cambio, igualito, nos sale más económico, aquí”, precisó Ana Rojas, venezolana.
Son miles de venezolanos que a diario salen de su país. Lo hacen por el puente Simón Bolívar que separa a Venezuela y Colombia. Unos para conseguir alimentos, otros para quedarse y buscar el futuro que hoy les niega la Venezuela de Nicolás Maduro.
Con información de Ricardo Burgos
HVI
