Miles de personas se congregaron este jueves a las afueras de la ciudad de Cincinnati, en Ohio, para despedir al estudiante Otto Warmbier, quien murió días después de haber vuelto en estado de coma a Estados Unidos procedente de Corea del Norte, donde estuvo preso durante 17 meses.
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El joven fue condenado a 15 años de trabajos forzados por intentar robar un cartel de propaganda política del hotel en el que se hospedaba en Pyongyang, lo que el régimen norcoreano consideró un “acto hostil” contra el Estado.
Familiares, amigos y vecinos, vestidos de negro, se despidieron hoy de Warmbier durante una ceremonia en el instituto de educación secundaria Wyoming, donde el joven se graduó en 2013.
Tras la ceremonia, la comitiva partió a un cementerio local, donde Warmbier recibió sepultura.
En el camino al cementerio, los asistentes a la ceremonia y vecinos que estaban por la calle mostraron pancartas de apoyo al estudiante y presionaron los dedos de sus manos para formar una “W”, la inicial del apellido del joven (Warmbier), según mostraron televisiones locales.
El joven llegó a Estados Unidos con graves lesiones cerebrales y aún se desconoce la causa exacta de su muerte.
El hospital de la Universidad de Cincinnati, donde recibió tratamiento en los últimos días, han rechazado dar cualquier detalle sobre la muerte del joven, al que no se le practicó una autopsia por petición expresa de la familia.
El caso de Warmbier ha tensado aún más las relaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte, país con el que el Gobierno de Trump esperaba poder dialogar mediante la intermediación de China, el principal aliado del régimen de Kim Jong-un.
FJMM