En la caravana migrante viajan hombres, mujeres y niños, huyen de la violencia, de la pobreza, pero también de la discriminación.
El grupo de migrantes transgénero que viaja con la caravana ha crecido día con día, muchos viajaban ocultos, temerosos de ser atacados por su preferencia sexual.
Viajo con dos amigos, en Honduras está perra la cosa, quiero llegar hasta el norte, allá voy a trabajar de lo salga, de lo que nos den trabajo, trabajo mecánica, trabajo de albañil, de todo lo que pongan, en comedor, de todo”, dijo Luis Fernando, migrante originario de Honduras.
El pasado 21 de octubre, cuando miles de migrantes iniciaron su travesía por territorio mexicano, encontramos a quien dijo llamarse Luis Fernando, un menor no acompañado que viajaba con sus amigos, pero en realidad se trata de Marian Fernanda Martínez, de 15 años de edad, quien dice que ocultó su identidad por temor a ser agredida.
Por si acaso me violan no sé, pero por mi sexo también, me corte el cabello a los ocho años y siempre he sido así”, recordó Luis.
En los mil 600 kilómetros que recorrió desde San Pedro Sula, Honduras, hasta la Ciudad de México, Marian asumió el papel de niño, ya en el albergue, decidió unirse abiertamente al grupo de la diversidad sexual que huye de Honduras, El Salvador y Guatemala debido a los crímenes de odio.
Casi me matan en Honduras por ser así dos veces, a los 13 años, me picotearon la primera vez, ya la segunda casi me apuñalan, entonces yo estaba entre la vida y la muerte, por eso me vine para acá”, explicó.
Al inicio del recorrido era un grupo de cuatro personas transgénero, originarios de El Salvador. El grupo llevaba como estandarte la bandera de la diversidad sexual.
En el camino se unieron más integrantes de la comunidad lésbico-gay, quienes también comenzaron a sufrir acoso y discriminación por parte de integrantes de la caravana migrante.
Venía sola, nos dicen cosas feas los hombres, así como acosándonos, a veces uno tiene miedo, por eso me he unido a ellas para tener un poquito más de confianza”, aseguró Roger Lobo, migrante hondureño transgénero.
Ahora, el grupo creció a más 80 integrantes. Muchos ocultaron su preferencia sexual.
Muchas venían vestidas como chicos heteros, comenzaron a salir del closet, algunos hasta me dejaron sorprendida porque los vi ya vestiditos de mujer y ellos venían como heteros”, comentó Carlos Adelfo Méndez, migrante salvadoreño transgénero.
Este jueves, organizaciones y colectivos de la diversidad sexual les hicieron un convivió en el Centro Histórico de la Ciudad de México y el Consejo para Prevenir la Discriminación los llevó a pasear en el Turibus.
Con información de Fátima Monterrosa
LHE
