Migrantes mexicanos en California huyen a Washington ante riesgo de ser deportados

Hace 12 años, Mauricio y su esposa salieron de Jacona, Michoacán, rumbo a California.

Recorrieron dos mil 760 kilómetros para establecerse en Bakersfield. Hace dos meses, al inicio de las redadas ejecutadas por la Oficina de Inmigración y Aduanas, ICE, en dos días, huyeron mil 299 kilómetros más al norte, llegaron al valle de Yakima, en el estado de Washington y se asentaron en el pequeño poblado de Wapato.

Aquí encontré la paz que no encontraba allá, aquí la mayoría de los güeros son buenas personas, también los patrones, uno se siente muy identificado con ellos porque te hablan en tu propio idioma”, dijo Mauricio Rentería, trabajador migrante.

Como Mauricio, cientos de trabajadores han migrado de California a Washington, donde, por ahora, han encontrado tranquilidad para ellos y sus familias.

Es terrible lo que está pasando en California, es racista, es horrible que estén cazando migrantes, me siento feliz cuando la gente viene porque se siente seguro de estar aquí en Wapato”, comentó Juan Orozco, alcalde de Wapato, Washington.

Wapato es un pequeño poblado en el centro del valle de Yakima. Hasta marzo sumaba siete mil pobladores. Es un pueblo con 80 por ciento de población mexicana.

Si no fuera por los inmigrantes de Wapato, Wapato no existiría, ellos pagan impuestos, compran casas, pagan el agua, pagan por el empleo, por la seguridad social”, agregó el alcalde.

Wapato y los pueblos del valle de Yakima se están convirtiendo en los principales receptores de trabajadores que huyen de las detenciones y deportaciones de la administración Trump.

“Nuestra fuerza policial no está instruida para cooperar con ICE, nuestros policías están para proteger y servir de manera equitativa a todos”, señaló.

Ante la llegada de la primera temporada de cosecha, los rancheros están listos para recibir a los trabajadores migrantes.

Si hay lugar donde colocarlos, van a las escuelas, les abren las puertas igual”, aseguró Agustín García, ranchero de Washington.

Raúl llevaba muchos años trabajando en los campos de California y Arizona. Hace tres semanas, las cosas se complicaron.

Había redadas, se empezó a salir toda la gente y nadie quería estar allí”, relató Raúl Pastor, trabajador migrante.

Ante el aumento de las redadas en su pueblo, Holbrook, Raúl vio en Washington la posibilidad de salvarse. Tomó carretera y manejó mil 600 kilómetros.

La gente tenía mucho miedo de que los fueran a agarrar, sacaron a mucha gente, donde quiera paraban a la gente, los carros, al otro día me vine para acá”, recordó.

Tanto Raúl como Mauricio coinciden en que la única forma de volver a México es siendo deportados y para evitarlo son capaces de moverse más al norte.

Estábamos pensando en Canadá, dicen que hay muy buenos salarios, 18 dólares la hora, en México aparte de la violencia, no hay seguridad, no hay estabilidad económica ni estabilidad social, México sería la última opción”, reiteró Mauricio Rentería, trabajador migrante.

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Con información de Joaquín Fuentes

LHE