Los migrantes abandonan Honduras debido a la pobreza extrema que se vive en ese país, su única meta es llegar a Estados Unidos.
Gabriela Regalado, originaria de San Pedro Sula, Honduras, trabajaba temporalmente en una bodega de pimienta. Ganaba mil 500 lempiras hondureños, el equivalente a mil 200 pesos mexicanos, por una semana de trabajo temporal para mantener a su hija de año y medio y a su hijo de tres.
Gabriela Regalado, migrante hondureña, señaló: “En Honduras pasamos una pobreza muy difícil, por eso todos los hondureños buscamos el futuro en otro lado”.
Ante la pobreza, los migrantes hondureños estuvieron el viernes pasado en el Puente Internacional ‘Rodolfo Robles’, cruce fronterizo entre la ciudad mexicana de Hidalgo, y la guatemalteca de Tecún Umán.
Los migrantes hondureños buscan llegar a los Estados Unidos para dar una mejor calidad de vida a sus hijos. (EFE)
Gabriela Regalado, migrante hondureña, comentó: “Nos salimos del puente porque empezaron a tirar bombas lacrimógenas y por los niños, por eso nos salimos de ahí y decidimos cruzar por aquí”.
Una frontera más cruzada, pero aún les queda atravesar todo un país: México, con todos los riesgos que ello pueda implicar.
Gabriela Regalado viaja con el padre de sus hijos, quien trabajaba como ayudante de albañil en Honduras ganando por semana alrededor de 400 pesos mexicanos.
Joel Alvarado, migrante hondureño, dijo: “Allá como albañil, 500 lempiras la semana, para nuestros hijos, para darles una buena educación, no se puede porque con el dinero que se gana, sólo para la comidita”.
Los migrantes hondureños buscan llegar a los Estados Unidos.
Con información de Sarahí Méndez
LSH
