POLíTICA

Migrantes centroamericanos protestan en la frontera con EU

Un grupo de migrantes centroamericanos protestan esta tarde en la playa de Tijuana, Baja California, en la frontera con San Diego.

Los manifestantes pertenecen a la caravana que inició su recorrido desde Chiapas el pasado 25 de marzo.

Migrantes centroamericanos que a finales de marzo iniciaron una larga travesía rumbo a la frontera de Estados Unidos desatando la ira del presidente Donald Trump, tuvieron que decidir el domingo entre cruzarla ilegalmente en busca de asilo o tratar de permanecer en México.

Autoridades fronterizas de Estados Unidos dijeron el sábado que algunos miembros de la caravana habían sido atrapados intentando cruzar la frontera y alentaron al resto a entregarse a las autoridades.

“Somos un país muy acogedor, pero al igual que tú en tu propia casa, esperamos que todos entren por la puerta de ingreso y respondan las preguntas con sinceridad”, dijo en un comunicado el jefe de la Patrulla Fronteriza de San Diego, Rodney S. Scott.

“A cualquiera que esté relacionado con esta caravana: piense antes de actuar”, dijo Scott en su comunicado, amenazando con procesar a los migrantes que ingresen ilegalmente al país.

“Si alguien los ha alentado a ingresar ilegalmente a Estados Unidos o a hacer declaraciones falsas a funcionarios, les está dando un mal consejo y los está poniendo en riesgo a ustedes y sus familias”, agregó.

La mayoría de los 400 migrantes provenientes de Honduras, Guatemala y El Salvador que en los últimos días arribaron en ómnibus a la fronteriza ciudad de Tijuana había dicho que tenían la intención de buscar asilo en San Diego.

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“Tengo frío. Estoy nervioso”, comentó por la mañana Jaime Alexander, de El Salvador, temblando ligeramente. Más tarde, él y algunos otros migrantes irían a la frontera e intentarían solicitar asilo en Estados Unidos.

Autoridades estadounidenses han advertido que podría haber demoras en su capacidad para procesar las solicitudes, y que algunos migrantes tendrán que esperar en México.

Guardia de seguridad en su país, Alexander dijo que huyó después de una amenaza de muerte. Sus pies aún están hinchados por los largos días de caminata mientras el grupo se dirigía a la frontera.

Los asesores legales del grupo les han advertido que no todos tendrán éxito. Los solicitantes de asilo deben demostrar un miedo bien fundado a ser perseguidos en sus países, y a la abrumadora mayoría de los centroamericanos se les niega el refugio en Estados Unidos.

Quienes son rechazados generalmente son deportados a sus países de origen.

Tras el agotador viaje, un estado de ánimo sombrío se apoderó del grupo durante el fin de semana, cuando se enfrentaron a la incertidumbre de un futuro en el que probablemente serán detenidos y separados de sus amigos y familiares.

Abogados estadounidenses especializados en temas de inmigración que trabajaban de forma gratuita en la ciudad escucharon el sábado historias desgarradoras sobre la vida de los migrantes en sus países de origen.

Amenazas de muerte de pandillas, asesinatos de familiares, violaciones por represalias y persecución política en su país son algunas de las razones que los llevaron a huir, dicen inmigrantes y abogados.

Muchos de los inmigrantes que hablaron con Reuters en varios puntos durante su periplo a través de México contaban con poca información sobre sus derechos, pero algunos de ellos narraron historias detalladas de amenazas de muerte.

UN PROCESO LARGO Y DIFÍCIL

Los abogados aconsejaban qué casos tenían mayores posibilidades de aprobar el examen de “temor creíble” requerido para iniciar el largo y a menudo difícil proceso de asilo en Estados Unidos, dijo la organización de derechos de inmigrantes Al Otro Lado.

Al resto de los viajeros se les recomendó permanecer en México, aunque el Gobierno no ha dicho si les permitirá quedarse. Cada año, México deporta a decenas de miles de centroamericanos a través de su frontera sur con Guatemala.

“Esperaremos y veremos”, dijo el hondureño Bryan García, sentado al lado de Nicole, una niña de 4 años que estaba comiendo una galleta de fresa mientras esperaban que su madre saliera de una reunión con un abogado.

Nicole y su madre son de El Salvador. Se hicieron amigos de García durante el viaje en la caravana, y los adultos terminaron enamorándose.
Pero García no pedirá asilo y se quedará en Tijuana, ya que en una ocasión anterior fue deportado desde Estados Unidos. “Tendremos que tratar de mantenernos en contacto”, dijo, mientras Nicole dejaba de comer su galleta y parpadeaba hacia él.

Trump ha estado presionando a México para que su vecino del sur detenga a los migrantes antes de que lleguen a la frontera, condicionando el futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con los esfuerzos mexicanos para frenar el flujo de centroamericanos.

La fricción ha coincidido con los esfuerzos de los equipos negociadores de México, Estados Unidos y Canadá para modernizar el TLCAN, y funcionarios dicen que un acuerdo podría estar a solo unas semanas de concretarse luego de meses de conversaciones.

Con información de FOROtv y Reuters

JLR