POLíTICA

Migrantes centroamericanos olvidan el Sueño Americano

Nahúm salió de Tegucigalpa, Honduras el 17 de septiembre del 2016.

Ahí en la zona del vado en la capital hondureña se dedicaba al comercio ambulante en autobuses.

Hacía paquetes de dulces que conseguía a granel con los que ganaba 300 pesos diarios.

Tiene 3 hijos y una madre enferma. Por lo que ya no quiere ni siquiera intentar el sueño americano.

“La necesidad del dinero es duro, por eso me quiero ir, no aguanto ya. Extraño a mi familia, extraño mi comida. Esta duro, está duro, miro que muchos aquí los deportan para acá por eso no quiero intentarlo, me quiero ir, porque si me agarran voy a estar mucho tiempo, hasta dos meses”, dijo el migrante hondureño, José Nahúm Herrera Ávila.

Su hijo de 3 años no hablaba todavía cuando salió de Honduras, ahora puede escuchar su voz en llamadas telefónicas donde dice que lo extraña.

Las nuevas políticas migratorias que prometió el presidente Trump, hace cada vez más difícil la situación para llegar de manera ilegal a los Estados Unidos, por lo que prefiere regresar al Vado. Prefiere estar con su familia y ayudar a sacar adelante a sus hijos.

“Para trabajar y darle los cuadernos a mis hijas, dinero para que vayan a la escuela. Porque allá consigo mil pesos prestados y ya compro mi negocio para trabajar”, dijo Nahúm.

Los migrantes de otros países que se encuentran en Mexicali, aseguran que vienen deportaciones masivas de los Estados Unidos, y cada vez es más difícil conseguir empleo, pues la incertidumbre crece inclusive en los empleadores.

La era de Donald Trump, tiende a dificultar la estadía de inmigrantes ilegales en los Estados Unidos.

Con información de Rafael Torres

KAH