En febrero, Guadalupe García, la primera migrante deportada a México en la administración de Donald Trump, regresó a Acámbaro, Guanajuato, sólo con lo que traía puesto. Ahora ha logrado uno de sus sueños: tener su propio negocio.
Guadalupe puso una tortillería gracias un apoyo del gobierno estatal.
“Mi hora de empezar es a las siete y media y me voy a la casa como a las cinco, cinco y media, esto es algo que me hace tener dinero para seguir luchando”, dijo Guadalupe García, migrante deportada.
“Entra en un programa de migrantes que es dos por uno del gobierno del estado, en el cual ella no hizo ninguna inversión, la tortillería se llevó una inversión de aproximadamente 270 mil pesos por toda la maquinaria”, precisó Gerardo Alcántar, presidente municipal de Acámbaro, Guanajuato.
Guadalupe busca cumplir un sueño mayor.
“Aquí también hay oportunidades, mi sueño es regresarme con mis hijos, a ver que Dios dice”, comentó.
Con información de Egdar Tamayo
LHE
