Minutos antes de las 5 de la mañana las puertas de la estación Ciudad Deportiva de la línea 9 del Metro abrieron para transportar a casi 4 mil migrantes a la Terminal Cuatro Caminos.
“Todos en fila, en el andén les van a dar indicación los compañeros, mis compañeros para que los distribuyan, no se aglomeren por favor, por seguridad de ustedes, no rebasen la línea amarilla también”, les decía un trabajador del Metro.
A lo largo del andén, cada uno de los migrantes fueron formados para abordar el tren que los llevaría a Chabacano y luego a Cuatro Caminos.
Por más de 6 horas los migrantes viajaron del albergue de la Magdalena Mixhuca a la caseta México – Tepotzotlán. Algunos lo hicieron caminando y otros en aventón.
“Por el momento no pesa el cansancio, no tengo cansancio, simplemente estamos aquí esperando a los demás compañeros para irnos todos juntos, vamos tranquilos al 100 listos para llegar a la frontera. ¿Muchas ganas? Uf, al 100, todas las ganas que nos da el cielito de arriba que nos bendice a diario”, expresó Walter Islas, migrante hondureño.
Estando en la caseta, en pleno rayo de sol, los migrantes se formaron en espera de que un transportista los acercara al albergue ubicado en el estadio Corregidora, a 175 kilómetros de distancia.
También hubo quien aprovechó el tiempo para comer y revisarse médicamente.
Luego de lograr subirse a un tráiler, a una camioneta o a una plataforma, los migrantes emprendieron su camino al albergue.
La esperanza por llegar a la frontera norte es tan grande que incluso están dispuestos a poner en riesgo su salud y hasta su vida.
Por la tarde llegaron los primeros contingentes al estadio Corregidora y se sumaron al resto de la Caravana.
Con información de Bogdan Castillo
JLR
