Más de 200 mil personas huyeron de sus hogares en Myanmar debido al enfrentamiento armado entre el Ejército y las milicias civiles o guerrillas étnicas tras el golpe de Estado del pasado 1 de febrero, según datos de la ONU.
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La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) afirmó en un informe que 108 mil 800 personas fueron desplazadas en el estado Kayah (Karenni), donde los soldados de Myanmar libraron batallas con la llamada Fuerza de Defensa del Pueblo Karenni, formada a raíz del levantamiento militar.
La milicia karenni declaró el martes 15 de junio un cese de hostilidades temporales ante la crisis humanitaria de miles de desplazados, incluidos niños y ancianos, que carecen de alimentos, medicinas, así como cobijo adecuado.
La violencia tras el golpe también provocó decenas de miles de desplazados en otros estados como Karen (Kayin) y Chin, mientras que en los estados Shan y Kachin los combates recientes empeoraron el conflicto étnico ya existente desde hace décadas.
La OCAH señaló que en total hay un millón de personas que necesitan ayuda en el país, muchos de ellos desde antes del golpe militar y que de los 276 millones de dólares que necesita solo consiguió 49 millones.
El ejército de Myanmar justificó el golpe por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó el partido de la líder depuesta, Aung San Suu Kyi, como ya hiciera en 2015, y que fueron considerados legítimos por los observadores internacionales.
Al principio los habitantes de Myanmar respondieron con un movimiento de desobediencia civil y con manifestaciones multitudinarias que fueron reprimidas por los soldados y policías, que usaron armamento militar contra civiles desarmados.
Al menos 864 civiles murieron desde la sublevación por la brutal represión de las fuerzas de seguridad contra las manifestaciones pacíficas, según cifras de la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos, que también habla de más de 4 mil 800 detenidos.
En consecuencia, muchos manifestantes decidieron tomar las armas y formaron milicias civiles que luchan contra el Ejército, apoyadas en muchos casos por las guerrillas étnicas, que llevan décadas en lucha para pedir una mayor autonomía.
Con información de EFE
GANR
