ECONOMíA

Marea roja en Yucatán provoca estragos en economía de negocios y pescadores

La marea roja se extiende a las costas de Yucatán, ya son 28 kilómetros de 9 comunidades pesqueras en tres municipios y avanza hacia otros puertos en donde se intensificaron protocolos de vigilancia para evitar daños a la salud

  • La Secretaría de Salud realiza la vigilancia de alimentos en restaurantes de la costa que ofrecen pescados y mariscos
  • En los tres municipios afectados hay 88 restaurantes y más de 34 puestos de pescado que ya resienten el impacto de la marea roja

La marea roja se extiende a las costas de Yucatán, ya son 28 kilómetros de 9 comunidades pesqueras en tres municipios y avanza hacia otros puertos en donde se intensificaron protocolos de vigilancia para evitar daños a la salud.

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La Secretaría de Salud realiza la vigilancia de alimentos en restaurantes de la costa que ofrecen pescados y mariscos y las muestras son llevadas a laboratorios de centros de investigación para analizarlas.

“Que las prácticas de alimentos sean buenas y levantando muestreos en los alimentos para mandarlos a laboratorio estatal y ver que la calidad de los pescados que se estén consumiendo hoy en el estado sean de buena calidad”, dijo Jaime Victoria, de Protección Contra Riesgos Sanitarios en Yucatán.

En municipios afectados hay 88 restaurantes

En los tres municipios afectados hay 88 restaurantes y más de 34 puestos de pescado que ya resienten el impacto de la marea roja.

“La gente de restaurantes y pescaderas se prepararon con anticipación para esta temporada, compraron con anticipación su producto. La gente tiene esa idea de que es producto que se recogió aquí en las playas y nada que ver”, explicó Hernán Povedano, de la Asociación de Restauranteros de Telchac.

La gente acude menos a las playas, ya que no pueden meterse al mar.

“Hay menos turistas, ya no hay venta, no entra la gente, porque no se queda, hay muy mala información de la gente”, explicó Gloria, vendedora de productos en Telchac.

José es prestador de servicios en Puerto Progreso, ayuda a enterrar los peces que llegan a la orilla.

“Está a la baja, no llega mucha gente. La gente no le permite entrar al mar se regresan a su casa”, aseguró José, prestador de servicios.

“Nos afecta un 30, un 40% por la afluencia de la gente”, dijo Marco Casanova, mesero.

Las autoridades federales, estatales y municipales, siguen enterrando las especies que han recalado en la zona para evitar mal olor y realizan recorridos para exhortar a la gente a no introducirse al mar.

Con información de Alejandro Sánchez

HVI