El mar de fondo, que es el movimiento poderoso de olas que puede propagarse hasta lugares muy alejados de la zona donde se generan, y que afecta principalmente en esta época a las costas del Pacífico, tiene en jaque a la comunidad de Puerto Madero, en Chiapas.
Sus pobladores aseguran que, debido al cambio climático, sus efectos año con año son más graves.
El mar gana cada vez más terreno, cada año sube unos dos, tres metros más. En otras playas se ha borrado lo que era antes un panteón y unas casas que estaban a la orilla.
Desde hace una década, Israel Ferral vende mariscos y bebidas en una palapa es la zona costera de Puerto Madero, Chiapas.
En ese periodo, ha sido testigo del avance del mar hacia tierra firme, borrando una parte de la comunidad y desplazando a pobladores.
“Antes en esta orilla había hoteles, había negocios, había una carretera más pegada al mar. De tanto era que inundaba la colonia que está enfrente”, dijo Israel Ferral, palapero de Puerto Madero, Chiapas.
Para contener el mar y evitar mayor desastre, las autoridades han colocado bloques y piedras en prácticamente la totalidad de la comunidad, desde playa San Benito hasta las escolleras. Sin embargo, algunos palaperos no ignoran el avance del mar, que hace algunos años, dicen, estaba medio kilómetro más alejado.
“Va a llegar un punto es que todo el muro de contención lo va a tirar. Entonces se tiene uno que salir, a fuerza, porque el mar tiene mucha fuerza”, dijo Israel Ferral, palapero de Puerto Madero, Chiapas.
“Sí, hay gente que ha salido. Ya está comiendo una parte de la plaza Madero. Es urgente que metan más piedras y sí llega a pegar un mar de fondo, se lo lleva todo”, comentó Minerva García, palapera.
Los expertos indican que el cambio climático acelera el mar de fondo, y, además, provoca el avance oceánico a tierra firme, sobre todo en terrenos bajos, como es el caso de Puerto Madero.
“En los últimos meses, tanto en el polo norte como en el polo sur, se ha incrementado la temperatura de forma importante. El calentamiento global no sólo perturba los patrones de circulación atmosférica, sino también oceánica. Hay muchos países que tienen estas zonas propensas a inundaciones costeras”, dijo Alberto Hernández Unzón, geofísico.
Cuando hay mar de fondo incrementa el oleaje, la corriente es más vertiginosa y llega hasta los 5 mil kilómetros de extensión.
En los últimos días, en la región del Soconusco, la Secretaría de Marina registra acercamiento de oleaje a palapas, aunque, afirma, no hay afectaciones. Pero los palaperos, como Carlos, luchan con lo que pueden por salvar sus negocios, que, pese a la temporada vacacional, lucen vacíos.
“Pues lo que estamos haciendo es reforzar un poquito el negocio porque nos hemos visto afectados estos últimos tiempos y ahorita, un amigo me dijo de poner unas llantas, así enterraditas. Cada mes, o cada cierto tiempo, cuando toca el fenómeno, tomamos las medidas. Recorrerme para atrás, solamente, porque no puedo soltar el negocio, tengo que trabajar”, dijo Carlos, palapero de Puerto Madero, Chiapas.
Con información de Guillermo Rivera y Víctor Olvera.
LLH
