La Corte Suprema de Estados Unidos decidió por una mayoría de 5-4, que la familia del joven Sergio Adrián Hernández Güereca, asesinado en 2010 por un agente de la Patrulla Fronteriza, no puede demandar por daños porque al momento de la balacera, el joven estaba del lado de México.
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Además, consideró que podría sentar un precedente peligroso para la política exterior del país.
Es decir, la vida no vale lo mismo de un lado del Río Bravo y del otro.
Abatida aún por la pérdida de su hijo hace casi 10 años, Guadalupe Güereca, se refugia en el pequeño altar que le tiene en casa.
“Esta fue la última foto que se tomó”, dijo Guadalupe Güereca, madre de la víctima.
Hoy en particular fue más duro que otros, tras conocer la decisión de la Corte Suprema que le cerró las puertas ante cualquier demanda contra el agente de la Patrulla Fronteriza que le arrebató la vida a su hijo Sergio.
“Como quien dice se burlaron de uno”, apuntó Guadalupe Güereca, madre de la víctima.
Sergio Hernández Güereca, de 15 años, fue asesinado por un agente fronterizo que le disparó desde el lado estadounidense porque, supuestamente, el joven le tiraba piedras.
Esta decisión deja un mal precedente y convierte a los agentes federales en intocables, dice este defensor de los Derechos Humanos en El Paso.
“Manda el mensaje de que los patrulleros van a tener manos libres para usar y matar gente. Es desafortunada la decisión. En los últimos 10 años más de 100 personas han muerto por la fuerza de agentes migratorios”, apuntó Jorge García, de la red de víctimas de la Patrulla Fronteriza.
Por su parte, el abogado de la familia dijo telefónicamente “estamos en shock y muy decepcionados con la Corte Suprema, esta es una tragedia, no esperábamos este resultado, después de esto ya no se puede hacer nada”.
“Según ellos siempre protegen al menor y no es cierto, protegen al asesino”, dijo Guadalupe Güereca, madre de la víctima.
Con información de En Punto.
LLH
