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Machu Picchu, ciudad sagrada de los incas en Perú

Siguiendo el Qhapaq Ñan, que en quechua quiere decir camino inca, se llega a la ‘Montaña Vieja’, donde las nubes se rinden al imperio del sol. Es Machu Picchu, ahí donde la naturaleza habla y los incas escuchan.

En la estación de Ollantaytambo el tren está a punto de salir. Noventa minutos de recorrido cuesta arriba sobre una quebrada por donde corre el río Urubamba, que los incas llamaban Wilcamay, río sagrado en quechua. Y los ecos andinos susurran con el sonido de la zampoña mientras vas “chacchando” la hoja de coca.

Machu Picchu, ciudad sagrada de los incas en Perú. (AP)

Éste fue el último refugio de los incas. Edificado en un risco a dos mil 490 metros de altura sobre el nivel del mar, en un lugar aislado, de difícil acceso. Ciudad sagrada que nunca fue descubierta por los conquistadores españoles y que se mantuvo intacta durante más de 600 años.

¿Cómo fue posible que una antigua civilización logrará construir una obra arquitectónica tan compleja?

Miles de piedras de diferentes tamaños, alineadas con gran precisión. Alrededor de 600 de terrazas escalonadas en las laderas, 172 edificios con templos alineados a la posición del sol, 16 fuentes de agua de manantial que corrían por un intrincado acueducto artificial. Y por increíble que parezca, el 60% de la ciudad de Machu Picchu aún se encuentra bajo tierra.

Para ellos, éste es un paisaje o geografía sagrada. Las montañas son divinidades, son ‘apus’. El toponímio “Machu” quiere decir viejo, montaña vieja, Huaynapicchu, montaña joven”, explicó Fernando Astete, director del Parque Arqueológico Nacional de Machu Picchu.

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Se construyó de abajo hacia arriba, sobre terrazas que sujetaban a la montaña y filtraban el agua de lluvia a partir de un drenaje natural.

Las piedras para construir los basamentos piramidales no fueron subidas a la cumbre de la montaña, sino trasladadas hacia abajo, desde la cantera de la cima.

Machu Picchu, ciudad sagrada de los incas en Perú. (AP)

Esta antigua civilización logró controlar la piedra, la tierra y el agua. Solo les faltaba dominar al sol.

Todas las construcciones o los templos están dirigidos al sol para hacer observaciones, es decir, para ver los solsticios o equinoccios, para poder tener un calendario tanto para el carácter agrícola como para las ceremonias. El mundo andino, todo está en base a ritos, a ceremonias”, detalló el director del Parque Arqueológico Nacional de Machu Picchu.

La ‘Intihuatana’ o punto donde se amarra el sol es el más importante de sus altares. Se trata de una piedra labrada de gran tamaño. Todo hace suponer que se trataba de un observatorio solar.

En julio de 1911, el explorador estadounidense Hiram Bingham buscaba la ciudad perdida de Vilcabamba, pero descubrió la ciudad sagrada de Machu Picchu. Cuenta en su bitácora de viaje que, al ver ese lugar perdido en la montaña, se quedó sin aliento.

Machu Picchu, ciudad sagrada de los incas en Perú. (AP)

Con información de Alberto Tinoco Guadarrama

KAH