“Es muy difícil para mí, sí. A veces no quisiera ni recordarlo, pero es algo que quedará siempre en mi vida”, narra Carlos Hernández, sobreviviente de la erupción del Volcán de Fuego en Guatemala.
Llevan las secuelas que dejó la tragedia del Volcán de Fuego, el 3 de junio, entre llagas, ampollas e injertos en el 40 por ciento del cuerpo quemado, don Carlos continúa la lucha por su recuperación, pero no logra borrar esa trágica tarde de su memoria.
Ya no me dio tiempo de salir huyendo, y muchos de los que trataron de salir huyendo no contaron con suerte. Recuerdo que nos atrapó ahí adentro la humazón, yo simplemente me puse detrás de un tonel, pero siempre como me entró por la ventana, yo sentía que estaba ardiéndome solito, pero no era que me estaba ardiendo, sino simplemente el vapor que bajó muy al extremo de temperatura. Lo que hice nada más, me hinqué, le pedí a Dios que si iba a ser el último momento que iba a vivir, o si iba a morir, pues que me perdonara nada más, y creo que él me escuchó porque como a los tres minutos sentí el bajón del vapor….comenzó a bajar”, recuerda Carlos Hernández.
Resistiéndose a morir, con las extremidades inferiores y superiores quemadas, don Carlos, en su inconsciencia creía que aún estaba con su esposa y sus tres hijos, pero luego de 15 días de estar en terapia intensiva en México, despertó y se dio cuenta de su dura realidad, los únicos que lograron sobrevivir fueron su hermana y un sobrino.
“Tenía unas grandes esperanzas de salir adelante con ellos, pero no fue así. Perdí tres hijos, mi esposa, mi mamá y mi papá, hasta incluso también se fue mi hermano, que no logró salir también. Mi hermano, la esposa de él, y sobrina también, e hijas y si, perdí a mi familia. Yo decía que ella estaba viva, porque yo todos los días la miraba, junto con mis niños allá en México, pero simplemente era mi espíritu y su espíritu de ella nada más el que yo miraba”, dice Carlos Hernández.
De los 16 pacientes víctimas de la tragedia del Volcán de Fuego que ingresaron al Hospital General San Juan de Dios, todavía tres continúan con su recuperación.
-“Yo lo que no aguanto es esto. Las dos manos, mire cómo las tengo pues”, dice Reina Elizabeth López, otra sobreviviente del Volcán de Fuego.
-¿Y las puede mover?
-“Casi no, ni para peinarme, cómo me cuesta”, explica.
Como una segunda oportunidad de vida, don Carlos está muy agradecido con la ayuda que le brindaron en territorio mexicano, en donde salvaron su vida.
Los médicos y enfermeros, gracias a Dios y gracias a ellos me volvieron a recuperar otra vez y si estoy muy agradecido allá en México, sí me dieron bonita atención, buenos tratamientos y buenas terapias, me ayudaron bastante”.
Hasta el momento, la cifra de fallecidos asciende a 251 y más de 300 aún están desaparecidos. La construcción de las viviendas para quienes lo perdieron todo ya han iniciado y se espera que puedan ser habitadas en cinco meses.
Con información de Lisa María Lou, Noticieros Televisa
AAE
