México es un país que, por su situación geográfica y al estar rodeado por océanos, cada año se ve amenazado por fenómenos ciclónicos.
Estos son algunos de los ciclones más devastadores a su paso por costas mexicanas:
“Gilberto”, fue un fenómeno tan impresionante en extensión y amplitud que sus bandas nubosas alcanzaron un área de mil 250 kilómetros.
“Gilberto” se formó el 8 de septiembre de 1988, llegó a la Península de Yucatán como un poderoso ciclón de categoría 5, con vientos de 295 kilómetros por hora y se impactó por segunda ocasión en Cozumel, aunque la zona más dañada fue Cancún en donde provocó olas de hasta 7 metros de altura.
Después salió al Atlántico para tomar fuerza y golpear en una tercera ocasión, ahora en las costas del Golfo de México, en La Pesca, Tamaulipas, ya degradado en tormenta tropical golpeó la ciudad de Monterrey, Nuevo Léon, donde desbordó el Río Santa Catarina.
A su paso por nuestro país dejó casi 200 muertos y pérdidas económicas estimadas en más de cinco mil millones de dólares.
“Paulina”, tocó tierra la tarde del 8 de octubre de 1997 cerca de Puerto Escondido, Oaxaca, como un poderoso huracán de categoría 4, con vientos de 215 kilómetros por hora, al día siguiente llegó a Guerrero y devastó el puerto de Acapulco al provocar inundaciones, crecientes de los ríos y deslaves en la zona montañosa.
“Paulina” provocó la muerte a más de 250 personas, cerca de 300 mil sin hogar y pérdidas por 7 mil 500 millones de pesos.
“Wilma”, el ciclón más errático y destructivo que ha golpeado México. Tocó tierra como categoría 4, con vientos superiores a los 250km/h el 21 de octubre de 2005, cerca de Playa del Carmen, Quintana Roo, para después afectar con poderosos vientos por más de 70 horas a Cancún y a la Riviera Maya y es que un frente frío impedía que se moviera. “Wilma” dejó ocho muertos y más de 10 mil millones de dólares en pérdidas.
“Manuel” e “Íngrid”, la pareja mortal. “Manuel” entró como tormenta tropical en la costa del Pacífico e “Íngrid” como huracán categoría uno, en costas de Tamaulipas. Afectaron al país de manera simultánea a mediados de septiembre de 2013. Ambos generaron vientos intensos, lluvias torrenciales y el aumento del nivel del mar.
Aunque no eran tan poderosos en la fuerza de sus vientos, al llevar una trayectoria tan lenta descargaron mucha lluvia lo que provocó que el suelo y los ríos se saturaran, generando deslaves, desgajamientos de tierra y desbordamientos. Esta parejita afectó a 22 de los 32 estados de la República Mexicana, dejó 157 personas muertas y 1.7 millones de damnificados, en un fenómeno inédito en la historia reciente de ciclones.
Los estados más afectados fueron Guerrero, Veracruz, Hidalgo, Michoacán, Colima y Sinaloa.
Con información de Raquel Méndez
KAH