Los líderes de China e India acordaron iniciar un nuevo capítulo en su relación el sábado tras una cumbre informal, sólo meses después de que una disputa sobre un tramo de su frontera en el Himalaya reavivó los temores a una guerra.
El primer ministro indio, Narendra Modi, pasó 24 horas en la ciudad de Wuhan, en el centro de China, para reunirse con el presidente Xi Jinping, un viaje para romper el hielo que ambos esperaban permitiera la sinceridad y fomentara la confianza.
Promocionada como una reunión informal y no una cumbre, los dos hombres tuvieron reuniones el viernes que duraron mucho más de lo esperado, y el sábado charlaron mientras tomaban el té en un viaje en bote alrededor de un lago.
“El presidente Xi hizo hincapié en que los problemas entre China e India son de naturaleza limitada y temporal, pero la relación entre los dos países es extensa y continua”, dijo el viceministro chino de Relaciones Exteriores, Kong Xuanyou, a medios en Wuhan.
Las diferencias son significativas: además de las disputas en tramos de una frontera de 3.500 kilómetros, los gigantes asiáticos tuvieron roces por la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda de Xi.
Nueva Delhi señaló recientemente su oposición al plan de comercio y transporte porque una de sus secciones corre a través de una sección en Cachemira, región reclamada por India, que es administrada por Pakistán. Xi y Modi acordaron que sus problemas se resolverían con el tiempo.
En otro comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China indicó que Xi le dijo a Modi que sus naciones eran los principales impulsores del crecimiento económico mundial y que una buena relación sería positiva para la estabilidad global.
Por su parte, el secretario de Relaciones Exteriores de India, Vijay Gokhale, dijo que ambos líderes habían acordado que podrían manejar sus diferencias pacíficamente.
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Con información de Reuters
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