POLíTICA

Latinos en Florida, del festejo a la incertidumbre

En Florida, el festejo por lo que anoche parecía el triunfo de Trump bajó de tono ante las últimas proyecciones

La Pequeña Habana, barrio simbólico de la comunidad cubana en Miami, Florida, se convirtió en el escenario de los festejos adelantados de los simpatizantes de Donald Trump.

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“Donald Trump lo hizo y queremos que lo haga otra vez, además creemos fervientemente que él pueda ayudarnos a extirpar el comunismo de la faz de la tierra”, explicó Flor de Liz, una cubana estadounidense, radicada en Miami.

Flor de Liz llegó a Estados Unidos hace 15 años, narra que dejó Cuba para dejar atrás el régimen castrista, después de cinco años obtuvo la ciudadanía estadounidense y este martes logró votar.

“Si las personas que se están postulando tienen algo en común, con las personas que yo aborrecí, que me quitaron mi libertad, que me hicieron ir de mi país, que me hicieron separarme de mis raíces, de mi familia, pues yo no quiero nada con ellos”, sentenció la mujer.

A la Pequeña Habana no sólo llegaron cubanos estadounidenses, también venezolanos y nicaragüenses.

“Tenemos la esperanza de que sea reelecto el presidente Donald Trump, para que se avoque a la libertad de estos países, Venezuela, Cuba y Nicaragua, estamos presentes para buscar la libertad”, expresó Betzi Marquez, venezolana estadounidense.

Milton González, un nicaragüense estadounidense, radicado en Miami, Florida, apoya a Trump porque piensa que va acabar con el comunismo en esos países y eso significa mucho para nosotros porque “la razón por la que yo estoy en este país es por el comunismo que ha habido en Nicaragua por más de 40 años”.

La mayoría de los asistentes gritaban y repetían lo que observaron y escucharon en los spots de Donald Trump contra Biden en las últimas semanas.

Entre los gritos de apoyo, se podía escuchar a las personas decir que Biden traicionó a los nicaragüenses y “cómo nos vamos a olvidar de sus regalos absurdos al régimen cubano o de sus elogios al dictador Maduro”.

Pero transcurrieron las horas y la algarabía por el triunfo de Trump en Florida se transformó en incertidumbre, la elección en otros estados se cerró y muchos de los que gritaban pararon para observar en sus teléfonos los resultados, otros comenzaron a retirarse.

Mientras algunos continuaban con las banderas y los ánimos en alto, otros entendieron que aún no era momento de festejar.

Con información de Marco Antonio Coronel

DMGS