POR EL PLANETA

Lagunas que atraen flamencos, espejos de Atacama

Decía el poeta chileno Luis Araya, que “el Norte es una tierra que es de piedra, trabajada por soles que no cambian, mientras los años pasan. Y la arena siempre amanece igual que en los comienzos, donde la vida es mineral de polvo duro”.

Cuando uno recorre el desierto de Atacama se da cuenta que nunca será domado por el hombre, porque su piel es porosa, de salitre, y tan grande que solo cabe la soledad. Pero hasta en el desierto más árido del mundo hay espejismos, que a ratos se confunden con ensueños.

El salar del desierto de Atacama es una cuenca ubicada en el centro oriente de la segunda región de Antofagasta, con una superficie de más de 15 mil 600 kilómetros cuadrados. Es la tercera cuenca más grande de Chile y el mayor depósito de sal de este país, con la presencia de humedales que forman lagunas.

Lagunas que atraen flamencos, espejos de Atacama (Por el Planeta/Noticieros Televisa)

Son los remanentes de las corrientes de agua que bajan de la Cordillera de los Andes, cargadas de minerales disueltos y que, al no tener salida al mar se evaporan, dejando depósitos de sal. Los remanentes de agua hipersalina forman lagunas, como si se tratara de salmueras, que son el hábitat para aves migratorias.

Estamos en el salar de Atacama, al fondo se observa la laguna de Chaxa, donde se conserva una colonia de flamencos, este es un sitio RAMSAR, un humedal de importancia”, dice Alberto Tinoco.

Nuestras miradas se confunden con los destellos de un oasis de reflejos luminosos, donde los flamencos bailan en una especie de danza, mientras hunden el pico en busca de los minerales y microorganismos de la laguna de Chaxa.

En 1990 fue creada la Reserva Nacional Los Flamencos, que es administrada por la comunidad indígena de Tocanao y que busca proteger el hábitat de estas carismáticas aves.

En la Laguna de Chaxa se estima una población de mil 500 flamencos, aunque en 2016 superaron los cinco mil individuos. En Chile les llaman “parinas”.

Lagunas que atraen flamencos, espejos de Atacama (Por el Planeta/Noticieros Televisa)

Este es el flamenco chileno, es la colonia más grande. Se distingue por su pico negro, su plumaje es rosado y aún más intenso en la punta de las alas. Mientras que el plumaje secundario es de color negro, sus “tarsos” o piernas son azuladas con rojo; sus ojos, amarillos.

Estas aves zancudas, que en promedio miden entre 80 centímetros y un metro 40 centímetros, se distinguen por el pico con una curvatura hacia abajo, pero no mastican su alimento. Con el pico invertido separan el lodo, filtran el agua y con la lengua succionan los nutrientes.

Cuando alzan el vuelo son espectaculares, forman bandadas compuestas por varios miembros capaces de recorrer más de mil kilómetros al día.

Mañana, una mirada al universo profundo, desde el desierto de Atacama.

Con información de Alberto Tinoco

MLV