La Laguna ‘La Colorada’, en el municipio costero de Tecomán, Colima, se convirtió en el nuevo santuario para cocodrilos.
Los reptiles fueron introducidos en esta zona a inicios de la década de los ochentas, sin embargo, la caza furtiva acabó con la mayoría de los reptiles.
Los pescadores, integrados a la cooperativa Laguna de Alcuzahue, comenzaron a proteger y alimentar a las especies que sobrevivieron a la caza, hasta que lograron repoblar el complejo lagunar de 250 hectáreas.
Mire en la laguna tenemos aproximadamente una población de 250 cocodrilos entre pequeñitos y grandes. Nacen más o menos algo más de 20 nidos alrededor de la laguna ósea cada año, pero se logra un 2.5, 3 por ciento, hay mucho depredador, por ejemplo, la culebra de agua, el águila”, explicó Emilio Urieta Sanabria, encargado del santuario.
Es el llamado a comer, a las tres de la tarde, los cocodrilos salen a la orilla de la laguna para comer carne de res o puerco donada por el rastro municipal.
Comen también los que están en cautiverio en el acuaterrario y las pequeñas crías de cero a un año en el área de cuneros.
Sí de hecho hace rato que los alimentaron se escucha como traga ese pedazo de carne y no es muy impresionante”, comentó Guadalupe Velázquez, visitante.
Es la primera vez que estoy en contacto tan cercano a la naturaleza tan primitiva como es los cocodrilos y es una experiencia bastante grata”, aseguró Cristian Misael, visitante.
Gracias a los esfuerzos de conservación de la cooperativa, el cocodrilario se convirtió en un proyecto sustentable, en el que también se pueden realizar actividades recreativas, senderismo y avistamiento de aves.
Con información Bertha Reynoso
MAP