La masacre de ‘Los Zetas’ en Allende

CIUDAD DE MÉXICO, México, sep. 02, 2016.– Es Allende, Coahuila. Una pugna entre miembros del grupo criminal ‘Los Zetas‘ provocó la desaparición y muerte de decenas de personas.

Reynaldo Tapia Valadez, alcalde del municipio de Allende, Coahuila, explica que aprendieron “a vivir con el narco prácticamente de la mano, sin saber que teníamos una bomba de tiempo con nosotros”.

A principios de marzo de 2011, dos miembros de esa organización delictiva, José Luis Garza Gaytán  y Héctor Moreno Villanueva, decidieron abandonar el grupo y quedarse con una fuerte cantidad de dinero.

En venganza, sus antiguos socios llegaron en decenas de camionetas hasta Allende. En complicidad con la Policía Municipal tomaron la ciudad y sus 20 mil habitantes.

La orden fue detener a todos los miembros de las familias Moreno Villanueva y Garza Gaytán.

José Ángel Herrera Cepeda, subprocurador de personas desaparecidas de la PGJ Coahuila, dice que “la investigación arroja que no solamente eran familiares o aquellas personas que tenían ese apellido, sino conocidos”.

El grupo criminal destruyó 46 casas y ranchos de sus antiguos cómplices. Utilizó maquinaria pesada para derribar paredes y cavar en los patios.

Los Zetas’ trasladaron a los detenidos al rancho de la familia Garza. Lo utilizaron como centro de operaciones.

Los sicarios empezaron a llevar a la gente del grupo antagónico y los empezaron a torturar, y ahí es donde los empezaron a desaparecer.

En esta bodega fueron asesinadas al menos 27 personas y sus cuerpos fueron calcinados.

En Allende aún recuerdan cómo ‘Los Zetas’ se deshicieron de los cuerpos utilizando tambos y diesel.

Olga Lidia Saucedo García, de la Asociación ‘Alas de esperanza’, cuenta que “se veía el humo, el aire se venía con olor a carne; duraron semanas haciendo eso y ninguna autoridad que hiciera algo”.

Lauro Medrano Guzmán, mecánico de la familia Garza, fue identificado entre las 27 víctimas calcinadas en el rancho por el grupo criminal.

María Irene Méndez González, esposa del mecánico, dice que “se los habían llevado al rancho y ahí los habían quemado en una bodega”.

De acuerdo con la Fiscalía para Personas Desaparecidas de Coahuila, hasta el momento hay 14 detenidos por los hechos de marzo de 2011.

José Luis Garza Gaytán  y Héctor Moreno Villanueva, exmiembros de ‘Los Zetas‘, lograron escapar de la masacre de Allende. Huyeron a Estados Unidos para convertirse en testigos protegidos.

En julio de 2016, Marciano Millán Vázquez, señalado como el líder del grupo criminal que llevó a cabo los homicidios en Allende y otras comunidades, fue declarado culpable por una corte de Texas.

José Ángel Herrera Cepeda, subprocurador de Personas Desaparecidas de la PGJ Coahuila, señala que es necesario “solicitar el acceso al expediente o en su defecto llevar a cabo la entrevista de estos testigos”.

Asociaciones no gubernamentales como ‘Alas de esperanza’ y ‘Familias en la búsqueda y localización de personas desaparecidas’ aseguran que el número de víctimas es mayor.

Olga Lidia Saucedo García, de la Asociación ‘Alas de esperanza’, afirma que “muchas de las personas que yo tengo en mi asociación fueron levantadas por policias, que llegaron a las celdas y que de ahí desaparecieron”.

En Piedras Negras, población fronteriza con Eagle Pass, Texas, hay historias de decenas de personas que también fueron privadas de la libertad por ‘Los Zetas’ y hasta el momento se desconoce su paradero.

Irma Guadalupe Cámara Medina, cuyo esposo fue privado de la libertad hace 7 años, afirma que las desapariciones continúan.

“Yo tengo un tío que acaba de desaparecer hace tres meses; lo sacaron de un negocio aquí en Piedras y hasta ahorita no hay respuesta”.

A cinco años de la masacre en Allende, sus pobladores buscan olvidar lo sucedido.

Reynaldo Tapia Valadez, alcalde del municipio de Allende, Coahuila, dice que “vuelve la tranquilidad al municipio, se han abierto comercios, regresa la gente a nuestra ciudad; tenemos cero homicidios dolosos”.

Para las asociaciones que buscan a familiares desaparecidos aún hay mucho por hacer.

MLV