Jóvenes engrosan las filas de la delincuencia organizada

CIUDAD DE MÉXICO, México, sep. 15, 2016.- Hace siete años, en junio de 2009, egresó la generación de sexto de la primaria “Manuel M. Diéguez” en Ocotlán, Jalisco, en ella estaban los gemelos Daniel y David Magallón. Después de terminar la secundaria, no quisieron continuar sus estudios. A sus 17 años, Daniel ingresó al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

“Empecé a ver a ver que se estaba apartando, empecé a ver que no andaba bien, yo lo reprendí y a raíz de eso fue que se salió de la casa, ya no supe”, dijo Javier Magallón , padre de Daniel y David.

Daniel Magallón es uno de los 42 civiles muertos en el rancho “El Sol” en Tanhuato, Michoacán, el 22 de mayo de 2015.

Su gemelo David se dedicó a trabajar en esta tienda de conveniencia en Ocotlán. Asegura que no le interesa engrosar las filas de la delincuencia y mucho menos morir joven.

“Con lo que gano ahí estoy bien ¿Para qué quiero más?, ¿Para qué me arriesgo?”, se cuestiona David, el gemelo de Daniel.

Los compañeros de generación y el profesor de sexto de primaria se sorprendieron al enterarse de la violenta muerte de Daniel.

“La noticia me cayó de pecho, sentí ganas de llorar, ganas de abrazarlo, de revivirlo”, recordó
Bonifacio Villa, profesor de Daniel.

“No sé porqué decidió ese camino, era para qué agarrara un camino diferente”, dijo Xiomara Lara, compañera de primaria de Daniel.

Xiomara también pertenece a esa generación. Dice que ayudaba a Daniel y a David con sus tareas. Ella pertenece al 30 por ciento de alumnos de esta generación que pudieron cursar una carrera universitaria.

Carlos Stiiff Rodríguez es el único de la generación que radica fuera de Jalisco. Desde los 15 años destacó en el béisbol y está a un paso de jugar en la Liga Mexicana del Pacífico con Charros de Jalisco.

“Jugando profesional, en la liga mexicana y si Dios quiere una oportunidad en Estados Unidos”, dijo Carlos, beisbolista.

Carlos conocía bien a Daniel, la noticia de su muerte la recibió de sus antiguos compañeros cuando entrenaba en la Academia de la Liga Mexicana de Beisbol en Nuevo León.

“Sabía que estaba metido en algo malo, Él andaba por la calle, me saludaba, era mi amigo”, relató Carlos.

Desde hace años Ocotlán es un bastión del Cártel Jalisco Nueva Generación. Muchos de los jóvenes de este municipio han participado en la célula “Guerreros de Ocotlán”, una evidencia es el caso Tanhuato, donde la mayoría de los muertos tenía menos de 25 años.

“Se meten a la delincuencia a ganar el dinero fácil”, afirma Bonifacio Villa, profesor de primaria de Ocotlán, Jalisco.

Pero hay muchos otros que decidieron tomar otro camino.

“Yo tuve amigos drogadictos y tomadores, he tenido amigos de todos y en la persona está en irse para un lado malo o irte para un lado bueno, eres tú el que decide”, aseguró Carlos Stiiff, beisbolista.

LHE