ESTADOS UNIDOS

Fiscal de EU pide sentencias más duras en lucha contra las drogas

El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, instruyó hoy a los fiscales federales que intenten probar la pena más dura posible en lo referente a delitos de drogas, con lo que pone fin a la política de la anterior administración de despenalizar el menudeo o delitos de menor gravedad. Sessions trasmitió las instrucciones en un memorando de página y media en el que pide que en todo caso federal se siga la máxima de que “la Fiscalía deberá pedir y perseguir el cargo más serio” para una ofensa relacionada con drogas.

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“La ofensa más seria es aquella que acarrea la sentencia más alta según las directrices, incluidas las sentencias mínimas obligatorias”, añade el documento firmado por Sessions.

Sessions también pide poner fin a la política iniciada por la administración del expresidente Barack Obama que pedía no imputar con draconianas sentencias mínimas obligatorias de prisión a delitos no violentos relacionados con las drogas.

Bajo la política instaurada en 2013 por el entonces procurador, Eric H. Holder Jr., la instrucción a los fiscales fue evitar la presentación de cargos severos a partir de las cantidad de droga involucrada, y evitar así la imposición de largas sentencias mínimas obligatorias.

La política era aplicada sólo en los casos en que los acusados cumplían criterios tales como no pertenecer a una organización dedicada al tráfico de drogas, pandillas o cárteles a gran escala.

Bajo la política anterior, un acusado detenido con un kilo de heroína, cinco kilos de cocaína o un kilo de mariguana podía evitar enfrentar una sentencia mandataria de 10 años de prisión, sí cumplía con los criterios establecidos al respecto.

“Esta política utiliza plenamente las herramientas que el Congreso nos ha dado. Por definición, las ofensas más serias son aquellas con las guías más sustanciales para sentencias, incluyendo las penas mínimas obligatorias”, explicó Sesions en su orden.

Estas nuevas directrices podrían volver a llevar a la cárcel durante años a personas con delitos de menudeo, incluso si ocurre por primera vez, ya que la fiscalía tiene en cuenta el tipo de droga y la cantidad por encima de otros factores.

La política de tolerancia cero con las drogas podría volver a aumentar la población carcelaria en Estados Unidos, la más alta del mundo tanto en número total como en índice por cada 100.000 habitantes, algo que fue atemperado con la política de Obama.

The Washington Post considera que Jeff Sessions preparó el terreno para este cambio cuando en febrero pasado revirtió una directiva de la anterior procuradora general adjunta, Sally Yates, para que el Departamento de Justicia dejara de usar prisiones privadas para alojar reos federales.

Yates justificó entonces la nueva política citando la disminución del número de presos, pero Sessions argumentó que la orden perjudicó la capacidad de la Oficina Federal de Prisiones para satisfacer “las necesidades futuras del sistema correccional federal.

MLV