“No creo que esta capacidad (de misiles) nos acerque más a una guerra”, aseguró Mattis, que ha sido muy cauto a la hora de amenazar al régimen de Pyongyang con una acción armada debido al peligro de una escalada que afectaría en primera instancia a millones de surcoreanos y a decenas de miles de tropas estadounidenses en la región de Asia-Pacífico.
En unas declaraciones a la prensa en el Pentágono, Mattis afirmó que la “contención” estadounidense ha sido una de las razones por las que la Península de Corea ha evitado una guerra desde que en 1953 se puso fin a la Guerra de Corea, que se resolvió con un armisticio y no un tratado de paz y con la división en dos Coreas.
“Nuestra autocontención y esfuerzos diplomáticos siguen en marcha. Trabajamos con nuestros aliados, incluido los chinos”, señaló el secretario de Defensa.
Mattis mostró su “gran preocupación” por el hecho de que Corea del Norte consiguiera probar con éxito el pasado martes un misil con una fase adicional de propulsión que puede salir de la atmósfera terrestre y alcanzar Alaska y Canadá en su reentrada.
No obstante, Mattis aseguró que la defensa antimisiles estadounidenses pueden responder a un misil intercontinental norcoreano y que están alerta por si eso ocurre.
Corea del Norte cuenta con el apoyo de su aliado chino, que recela de la presencia militar estadounidense cerca de sus fronteras, mientras que Estados Unidos mantiene una fuerte presencia militar en Corea del Sur y Japón.
RAMG