ECOLOGíA

Isla de San Benedicto, un gigante que se eleva sobre el nivel del mar

Estamos en la Isla de San Benedicto, gigante de ceniza que se eleva 310 metros sobre el nivel del mar.

Lo que usted observa es el cráter de un volcán submarino, que emergió a la superficie hace millones de años.

Las lenguas de lava petrificada son la huella del estruendo de fuego registrado en 1953, cuando hizo erupción por última vez; desde entonces casi toda la flora y fauna terrestre desaparecieron…

Es un desolado pedazo de tierra en el medio del Pacífico, que guarda un secreto en la última frontera de México.

El equipo de “Por el Planeta” prepara una inmersión. Bajo esta isla oceánica sucede algo que no ocurre en ninguno otro lugar del mundo.

Estamos en un sitio conocido como “El Cañón”. A partir de los 15 metros de profundidad observas una cresta de rocas que desciende hasta llegar a un cantil.

Los investigadores de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, Jenny Carolina Rodríguez y Paul Preciado, realizan un monitoreo de peces y corales.

Registramos cuando trazan un transecto y van anotando sus observaciones.

De pronto, Edgar Escobar, nuestro dive master, nos hace una señal agitando los brazos.

A lo lejos, distingo una enorme mancha negra que asciende desde lo profundo.

Es una manta gigante, una extraña criatura que por alguna razón interactúa con los buzos, sin ningún temor.

Un comportamiento que solo se registra en Revillagigedo y particularmente en San Benedicto.

Debe tener unos cinco metros de envergadura, se acerca a unos seis metros de donde me encuentro, la claridad del agua siempre te engaña porque todo se ve más cerca de lo que realmente está.

Se mueve de forma lenta y cadenciosa. Su sola presencia te envuelve.

Sus ojos grandes y profundos te observan. Se muestra curiosa, despliega sus lóbulos cefálicos, mientras seduce tu mirada.

Mis burbujas la acarician y parece que le gusta. Da la vuelta y regresa. Son animales inteligentes, capaces de percibir si estás emocionado, si tienes miedo.

El naturalista y fotógrafo Ramón Castellanos se queda frente a la manta, como si se reconocieran, en un lenguaje primitivo que no precisa palabras.

Pero en cualquier descuido esa criatura que parece una mariposa del mar puede llevarte a “el azul”, de donde ya nadie regresa.

“La que vimos en el cañón en isla San Benedicto fue muy impresionante, fue una manta negra y yo la tenía registrada en Roca Partida en mayo de 2016, que quiere decir esto que las mantas se están moviendo entre las islas, es decir hay una conectividad y pues que la población está aumentando”, explica Paul, Preciado, investigador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur.

Hacemos una inmersión en un sitio conocido como “El Boiler”, un lugar de inexplicable rareza, que nunca le ha pertenecido a los hombres sino a las criaturas.

Se trata de un pináculo sumergido, de forma oval, que con el oleaje en la superficie genera una especie de surgencia; abajo, una pared escalonada que alcanza los 45 metros de profundidad es refugio de la fauna marina.

Es un lugar privilegiado, único en el mundo para el avistamiento de la manta birostris y su danza luminosa.

Y no hay que buscarlas, lo más probable es que las mariposas del mar te encuentren primero, solo hay que ser pacientes.

Mañana, el pequeño gran universo de Revillagigedo.

Con información de Alberto Tinoco Guadarrama

AAE