El descontrol al interior de los penales de Topo Chico y de Apodaca volvió a surgir este miércoles por el cobro de cuotas y el traslado de reos.
Al medio día, unos 50 internos del penal de Topo Chico subieron a las azoteas de tres ambulatorios para exigir, con pancartas, que un grupo de reos, identificados como René Escamilla Cabriales, Adrián Alfonso Castillo Miguel y otros más con los alias de “El Flaco” y “el 27”, fueran trasladados a otro penal.
Los responsabilizan de asesinar a reos que se negaron a pagar cuotas.
No hay brotes de violencia, es la manifestación que se hace de que unos no quieren a distintos grupos del penal”, afirmó Bernardo González, secretario de Seguridad Pública de Nuevo León.
Al penal llegaron familiares de los reos para pedir información de sus internos.
Nosotros acabamos de llegar, pero no sabemos nada todavía”, dijo Mary, familiar de interno.
“Nada más queremos que nos den información de nuestros familiares porque nos niegan la información”, denunció María de la Luz, familiar de reo.
En el Cereso de Apodaca la situación no fue distinta. Luego de dos días seguidos de riñas, en las que se utilizaron dos armas calibre 9 milímetros, las autoridades decidieron trasladar a 29 internos hacia el Penal de Cadereyta, lo que causó la molestia de reos y familiares.
Lo mismo cambiamos reos, se están cambiando reos, se cambió de Apodaca a Cadereyta y entonces obviamente hay quienes luego se defienden porque quieren seguir teniendo a algunos ahí, ya está controlado ese asunto”, aseguró Jaime Rodríguez Calderón, gobernador de Nuevo León.
Durante las protestas llegaron policías antimotines a los penales para controlar a los reos y evitar disturbios mayores.
Después de un par de horas, la situación regresó a la normalidad en ambos penales.
El Gobierno del estado aseguró que, de manera directa, se atienden las demandas de los reclusos.
Con información de Ceañi Mariño
LHE
