CRIMEN Y SEGURIDAD

Violencia sexual en Siria, un arma de guerra

En Siria, la violencia sexual se usa como un arma de guerra, ya sea contra hombres, mujeres o niños, con el objetivo de obtener confesiones, castigar o aterrorizar a comunidades enteras.

La Comisión de la ONU que investiga los crímenes cometidos en estos siete años de guerra en Siria concluyó que todas las partes involucradas en el conflicto han abusado sexualmente de mujeres, niñas, niños y hombres, acciones que deberían ser juzgadas en la Corte Penal Internacional, porque constituyen crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra.

“Aunque los sucesos de violencia sexual y de género por toda Siria comprendieron violaciones de los derechos humanos y de las leyes humanitarias más fundamentales perpetradas por la mayoría de las partes en el terreno, en ninguna parte ha sido más evidente el abuso que en casos perpetrados por fuerzas del gobierno y milicias afiliadas”, señaló Serena Gates, integrante de la comisión internacional de la ONU sobre Siria.

El informe fue elaborado a partir de 454 entrevistas con sobrevivientes, familiares, personal médico y desertores. La comisión encabezada por el brasileño Paulo Pinheiro indicó que, aunque los abusos fueron aplicados a todos los géneros, las mujeres y las niñas fueron las más afectadas.

De acuerdo con los testimonios, algunas fueron violadas en puestos de control del régimen o en centros de detención, pero para las niñas la pesadilla no terminó después del abuso.

“Algunos testigos nos han dicho que es peor para una niña ser violada que ser asesinada. En algunos casos, las víctimas de violación han visto asesinatos de honor en su familia. Cuando la familia culpa a la mujer de lo que pasó, hay casos en los que no las reciben de vuelta en la familia”, dijo por su parte Karen Koning Abuzayd, integrante de la comisión internacional de la ONU sobre Siria.

En las zonas controladas por grupos rebeldes las violaciones fueron menos comunes y se documentaron principalmente en Alepo y Damasco; por otra parte, grupos islamistas como el Frente de Conquista del Levante impuso un estricto código de vestimenta y prohibió que las mujeres salieran si no iban acompañadas por un hombre.

“El concepto de honor en la sociedad siria también obstaculiza la cultura de la denuncia. Las mujeres y las niñas sirias no quieren deshonrar a sus familias, y, por lo mismo, guardan silencio del abuso del que son víctimas. Por eso muchas veces no comparten información con investigadores de derechos humanos”, añadió Karen Koning Abuzayd.

Aunque el informe no señala individualmente a los responsables, se sabe que la comisión ha reunido listas confidenciales de sospechosos desde 2011 y se han documentado violaciones cometidas por oficiales de alto rango.

Con información de Emmanuel Rosalez

AAE