Programa ‘Corazón de Plata’ reúne familias separadas por migración

Don Javier, de 75 años de edad, y doña Luz, de 79, viven en la comunidad de Madero, en el municipio zacatecano de Francisco R. Murguía, mejor conocido como “Nieves”.

De 12 hijos, cinco migraron a Estados Unidos, tres viven en la frontera y dos cruzaron de manera ilegal. Desde hace 18 años viven en Atlanta y Tennessee.

“Nos vamos a Atlanta primero dios, a ver los hijos, ya tiene muchos años que no los vemos, son como 18 años”, dijo Javier Guzmán, padre de migrantes en Estados Unidos.

“Aquí vas a trabajar y te dan cualquier cosa y a veces no pagan, aquí es duro, si no fuera por la ayuda de los hijos, estaría peor todavía”, reconoció Javier.

Doña Martina y don Rito también tienen tres hijos en Atlanta y Tennessee.

“Elpidio fue el primero, tiene 20 años que se fue, Gregorio tiene 16 años y Evodio tiene 15 años que se fue para allá”, recordó Martina Galván, madre de migrantes en Estados Unidos.

Las federaciones de zacatecanos radicados en Estados Unidos y el gobierno estatal implementaron el programa “Corazón de Plata” para reunir familias separadas por el fenómeno migratorio.

“Ellos nos mandaron el dinero para arreglar todo y nos mandan para comer”, dijo Luz Gámez, madre de migrantes en Estados Unidos.

Hace un mes, el gobierno estadounidense otorgó visas de turista a 36 adultos mayores, pero no fue fácil obtenerlas, muchas veces se las negaron.

“Por fin nos dieron la visa, iban cuatro veces que nos la negaban”, dijo Martina.

En el municipio de Guadalupe vive otro grupo de adultos mayores que se reunirá con sus hijos.

“Nos van a recibir en Atlanta, pero yo voy a Florida, de mis hijos uno vive ahí y otro en Tennessee”, contó Antonia Durán, madre de migrantes en Estados Unidos.

De 2012 a la fecha, se han otorgado mil 800 visas a adultos mayores en Zacatecas. Ahora se alistan para un viaje en camión de dos mil 454 kilómetros, desde Zacatecas hasta Atlanta.

“Nada más llevaremos una mochilita, es lo que vamos a llevar de ropita, las camisas para ir a la fiesta, porque vamos a ir a una boda, nos va a tocar la boda de un nieto”, relató Antonia Durán, madre de migrantes en EU.

“Me siento una mujer feliz, no se imaginan el gusto que me da saber que mañana salgo con ellos y encontrarme con ellos, ya estoy deseando que pasen las horas.”, dijo Antonia Durán, madre de migrantes en Estados Unidos.

Con información de Fátima Monterrosa

LHE