Canadá fijó una línea dura, antes de las conversaciones para modernizar el TLCAN, insinuando que podría abandonar la renegociación si Estados Unidos presiona para retirar un mecanismo clave de resolución de conflictos.
La ministra de Relaciones Exteriores canadiense, Chrystia Freeland, aseguró que se siente “muy optimista” de cara a las reuniones entre los países miembros del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Canadá se opone al plan estadounidense de prescindir del denominado Capítulo 19, el mecanismo de resolución de conflictos según el cual paneles binacionales adoptan decisiones vinculantes sobre quejas referentes a subsidios ilegales y dumping. Estados Unidos ha perdido con frecuencia estos casos.
“Canadá mantendrá y preservará los elementos del TLCAN que los canadienses consideramos clave para nuestro interés nacional, incluido un proceso para asegurar que los aranceles antidumping y compensatorios se aplican solo de manera justa y con todas las garantías”, afirmó Freeland en un discurso en la Universidad de Ottawa.
Freeland subrayó que Canadá retiró a su jefe negociador de las conversaciones de 1987 sobre el tratado comercial bilateral con Estados Unidos por el mismo asunto, y advirtió que “nuestro gobierno tendrá la misma resolución”, sin dar más detalles.
El comercio entre Canadá, México y Estados Unidos se ha cuadruplicado desde la entrada en vigor del TLCAN en 1994, superando el billón de dólares en 2015. No obstante, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, suele calificar el acuerdo como un desastre y ha amenazado con abandonarlo si no se implementan grandes cambios, argumentando que causa pérdidas de empleo en su país y un déficit comercial con México.
Al igual que México, Canadá envía la mayor parte de sus exportaciones a Estados Unidos y se vería dañado por decisiones proteccionistas de Washington.
Freeland -quien vaticinó que se vivirán momentos de drama durante las reuniones- afirmó también que Canadá protegerá su sistema de tarifas y cuotas, que mantiene altos los precios de los productos lácteos a nivel local y las importaciones bajas, un sistema muy criticado por el sector agrario estadounidense, que busca su desmantelamiento.
tfo
