La Cámara baja de Brasil comenzó este miércoles la votación en que decidirá si el presidente Michel Temer responderá a un juicio por corrupción, lo cual le suspendería del cargo durante seis meses y causaría su destitución si fuera hallado culpable.
La oposición postergó la conclusión del debate durante unas ocho horas mediante diversas maniobras reglamentarias, pero finalmente fue vencida por la base de Temer, que en una primera prueba de poder sumó 292 votos favorables a interrumpir la discusión y pasar a la fase definitiva, que sellará la suerte del mandatario.
La sesión comenzó un quórum mínimo de 52 diputados y se dio paso a la votación una vez que concluyeron los debates y se verificó la presencia de 342 parlamentarios, que representan las dos terceras partes del pleno.
Ese número representa justamente los votos necesarios para que se autorice a la Corte Suprema a aceptar las acusaciones de corrupción pasiva formuladas por la Fiscalía contra Temer.
Si la denuncia fuera aceptada, Temer sería suspendido de sus funciones durante los 180 días que duraría el proceso y, sólo si fuera hallado culpable, perdería definitivamente el cargo.
El gobierno, sin embargo, calcula que cuenta con al menos 250 votos, número más que suficiente para que la denuncia sea archivada y sólo pueda ser retomada una vez que Temer deje el cargo.
Para reforzar esa mayoría y presionar a los sectores díscolos de la coalición gobernante, Temer exoneró por un día a diez de sus 28 ministros, que retomaron sus escaños de diputados para participar en la votación.
La acusación se apoya en testimonios prestados por directivos del grupo JBS, que han dicho que sobornan a Temer a cambio de “favores políticos” desde 2010 y que esas prácticas continuaron cuando asumió el poder, en mayo de 2016, cuando comenzó el proceso que acabó con la destitución de la entonces presidenta Dilma Rousseff por irregularidades fiscales.
FJMM