POR EL PLANETA

Bosque lluvioso de Costa Rica alberga decenas de especies de ranas

En el bosque lluvioso de Costa Rica se encuentra la llamada rana “blue jeans”, que entre más colorida, más venenosa. O la llamada “flecha verdinegra”, que como defensa ante sus predadores secreta sustancias altamente tóxicas. Pero también en la montaña existe un mundo sorprendente de ranas. Los anfibios de Costa Rica representan el tres por ciento de todas las especies del mundo.

San Isidro de Dota se ubica en el área del Pacífico central, en la cuenca del Río Savegre, considerado uno de los más limpias de Centroamérica y postulado ante la UNESCO como reserva de la biosfera. Es el lugar perfecto para buscar anfibios.

Recorremos más de seis horas de brechas y terracerías hasta Ranchos Tinamú, otro ejemplo de ecoturismo rural comunitario.

Ranchos Tinamú de Costa Rica, ejemplo de ecoturismo comunitario (Por el Planeta/Noticieros Televisa)

Todas las mañanas, Santiago Parra le silva al Aracari y todos los días el tucancillo se percha en sus árboles.

Su familia cuida los recursos del bosque y es un lugar privilegiado por sus paisajes escénicos, pero sobre todo por su biodiversidad.

“Esta finca son 20 hectáreas, con un anexo de casi 20, 40 hectáreas que están protegidas, entonces es un refugio que nosotros nos dedicamos a proteger, entonces de ahí, de ese recurso natural hemos desarrollado nuestras actividades ahorita. El turismo rural es una oportunidad para los campesinos”, afirma Santiago Parra Chacón, de los Ranchos Tinamú de Costa Rica.

Hay que esperar la caída de la noche y que la Luna se esconda. Comenzamos a escuchar el canto de las ranas, que es la forma en que los machos atraen a las hembras.

Sobre una rama encontramos a la rana arborícola trompuda o de Stauffer. También observamos a la rana arborícola de Rosenberg.

Tenemos suerte, encontramos a una rana de arroyo, mide casi cuatro centímetros. Se reproduce y emite su canto desde la vegetación, cerca de los arroyos. Está considerada en peligro de extinción por la pérdida de su hábitat.

Rana de arroyo de Costa Rica (Por el Planeta/Noticieros Televisa)

Ramón Castellanos, fotógrafo y líder de expedición, explica: “Las ranas, como tú sabes, son un indicador o un termómetro de la conservación, en los espacios donde ha habido impactos humanos ya no hay ranas o quedan muy pocas especies”.

También vemos una rana de vidrio esmeralda, es una hembra. Apenas mide unos 3 centímetros, es de hábitos nocturnos.

Se les llama ranas de vidrio o cristal porque su vientre es traslúcido y se pueden ver sus órganos internos. Aunque no es una especie amenazada, la pérdida de su hábitat es el principal problema para su conservación.

Rana de vidrio de Costa Rica (Por el Planeta/Noticieros Televisa)

Se estima que en Costa Rica existen 145 especies de ranas y sapos, y se siguen encontrando nuevas especies.

Nos encontramos en Ranchos Tinamú, en la Reserva Forestal de Los Santos, en donde se presume que existe una quinta parte de todas estas especies.

Los anfibios ranas son importantes porque significan o representan un termómetro de la salud de estos ecosistemas.

Pero aún nos falta encontrar a la rana más emblemática de todas, la Agalychnis Callidryas.

Finalmente la encontramos muy quietecita sobre una planta. Poseen almohadillas en sus patas, que les permiten mantener el equilibrio y adherirse a las plantas.

Rana venenosa Agalychnis Callidryas de Costa Rica (Por el Planeta/Noticieros Televisa)

Una de sus principales características son sus grandes ojos rojos con pupila vertical. La coloración de esta rana es muy llamativa y aunque no es venenosa genera toxinas que ahuyentan a sus predadores.

Mañana, el paraíso de Corcovado.

Con información de Alberto Tinoco

MLV