Los médicos, un estadounidense y un alemán, vieron a Liu el sábado. En una declaración dijeron que sus instituciones –la Universidad de Heidelberg y el Centro Oncológico MD Anderson en Texas– han acordado recibir a Liu, pero que cualquier evacuación tendría que ocurrir “lo más pronto posible”.
A Liu se le diagnosticó en mayo un cáncer hepático avanzado mientras cumplía una sentencia de 11 años de prisión por abogar a favor de reformas políticas que pondrían fin al sistema unipartidista en China. En 2010, un año después de ser declarado culpable, recibió el Premio Nobel de Paz.
Las opiniones divergentes sobre la factibilidad del viaje de Liu pudieran complicar aún más la disputa sobre el activista de 61 años. Durante semanas, familiares y partidarios han pedido que Liu reciba libertad plena y sea autorizado a recibir tratamiento en el exterior, argumentando que las autoridades lo mantienen en China solamente por razones políticas.
Mientras tanto, el gobierno chino ha insistido en que Liu está recibiendo el mejor tratamiento posible en el hospital de la Universidad Médica de China en la norteña ciudad de Shanyang. La prensa china dice que Liu es un criminal convicto y el gobierno ha advertido a otros países que no interfieran en los asuntos internos de China.
Buchler y Herman reconocieron en su declaración el domingo la buena calidad de la atención que recibía Liu en Shenyang, pero dijeron que Liu expresó su deseo de salir de China y que ellos opinaban que él “puede ser transportado con seguridad” siempre y cuando tenga los equipos médicos apropiados.
ramg