El presidente brasileño, Michel Temer, intentó obstaculizar investigaciones y dejó de comunicar a las autoridades sobre maniobras corruptas de las que tuvo conocimiento, según un informe de la Policía Federal entregado este lunes al Supremo.
El informe, obtenido y publicado por medios locales, complementa otro remitido al Tribunal Supremo la semana pasada, en el que la Policía Federal concluyó que Temer actuó “con vigor” en tramas de corrupción de las que obtuvo “ventajas indebidas”, en alusión a supuestas comisiones ilegales.
Los directivos de JBS, que cooperan con la justicia, aseguraron que sobornan a Temer desde 2010 y que además entregaron unos audios que pueden comprometer al gobernante.
En esa grabación, Temer escucha en silencio y hasta consiente unas maniobras irregulares que el dueño de JBS, Joesley Batista, dice que realiza en favor de su grupo tanto con autoridades del gobierno como con representantes del poder judicial.
También se escucha a Batista insinuar que paga al expresidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, preso por corrupción, gruesas cantidades de dinero mensuales a cambio de que no coopere con las investigaciones, frente a lo cual Temer dice: “Tienes que mantener eso, viste”.
Por las confesiones de JBS, Temer es investigado en el Supremo por esos supuestos delitos: corrupción pasiva, obstrucción a la justicia y asociación ilícita.
La denuncia que se espera que presente la Fiscalía General, que tiene plazo para ello hasta mañana, estará apoyada en los informes que ha entregado la Policía Federal, que ha estado a cargo de las investigaciones desde el punto de vista técnico.
Si la denuncia es efectivamente presentada, el Supremo analizará el asunto y, si considera que procede, la remitirá a la Cámara de Diputados, que por imperativos constitucionales debe decidir sobre la aceptación o no de cargos formulados contra un gobernante en ejercicio del poder.
En caso de que los diputados avalen la denuncia con una mayoría de dos tercios del pleno, Temer sería suspendido de sus funciones durante un plazo de 180 días y su vacante sería cubierta en forma interina por el presidente de la Cámara Baja, Rodrigo Maia.
Si Temer fuera finalmente condenado, en un plazo de treinta días Maia debería convocar a las dos cámaras legislativas para elegir en forma indirecta a quien completaría el período presidencial, que concluye el 1 de enero de 2019.
FJMM