POLíTICA

Caso de James Comey en EU recuerda el escándalo Watergate

Pese a la decadencia del viejo hotel, el caso Watergate está más vivo que nunca, debido al despido del director del FBI, James Comey, y la sugerencia de que Donald Trump graba sus encuentros en la Casa Blanca, estas situaciones han hecho que el Watergate vuelva a recordarse.

1972, un año definido en tres palabras para el gobierno de Estados Unidos: política, espionaje y escándalo, que juntas se traducen en: Watergate.

La noche del 17 de junio de 1972, un grupo de espías de la CIA, encabezado por el agente G. Gordon Liddy, ingresó a la sexta planta del complejo del Watergate donde se encontraba la sede del Comité Nacional Demócrata con el propósito de instalar diversos dispositivos para espiar.

Los intrusos fueron sorprendidos mientras hojeaban archivos e intentaban colocar instrumentos de escucha.

Después de múltiples investigaciones judiciales, la implicación de la administración del entonces presidente estadounidense Richard Nixon se fue haciendo cada vez más evidente. El 30 de abril de 1973, Nixon aceptó parcialmente la responsabilidad de su gobierno y destituyó a varios funcionarios implicados.

La existencia de cintas magnetofónicas incriminatorias de Nixon y su negativa para ponerlas a disposición de la justicia lo llevaron a un duro con el poder judicial. finalmente, la opinión pública forzó a entregar dichas cintas, pero una fue alterada y dos desaparecieron.

En agosto de 1974, Nixon tuvo que entregar transcripciones de tres cintas magnetofónicas las cuales le implicaban en el encubrimiento del escándalo suscitado en 1972 en el Watergate.

La evidencia hizo que Nixon perdiera sus últimos apoyos en el Congreso y el 8 de agosto comunicó su renuncia al cargo como presidente de los Estados Unidos.

“Tras conversaciones que he tenido con miembros del Congreso y otros dirigentes, he concluido que el asunto del Watergate me ha privado del apoyo del Congreso el cual considero necesario para tomar las decisiones más difíciles y cumplir con las responsabilidades de este cargo de acuerdo con los intereses de la Nación, por consiguiente, renunciaré a la Presidencia mañana al medio día”, dijo Nixon.

El vicepresidente, Gerald Ford, accedió a la Presidencia e inmediatamente otorgó un perdón incondicional a Nixon.

Con información de Arely Melo

LSH