Los 40 policías detenidos y liberados, en Zihuatanejo, Guerrero, posteriormente volvieron a su cuartel; no se les comprobó relación con grupos delictivos, pero se encuentran sin su arma de cargo porque aún no tienen su certificación.
Rosita Organista, policía de Zihuatanejo, dijo que “la decisión es no salir desarmados. A la calle vamos a salir armados, vamos a estar viniendo a las instalaciones y el turno que nos toca trabajar estar aquí pendientes, pero no vamos a salir a la calle. Desarmados no vamos a salir a la calle”.
El alcalde de Zihuatanejo, Gustavo García Bello, señaló que los policías “están exigiendo el armamento, sin embargo, prohíbe aportarles uniforme, aportarles sus armas hasta que pasen los exámenes de control y confianza”.
A una semana de los hechos, el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, insistió que en el operativo era necesario detener a los 60 policías, a pesar de saber que no todos estaban involucrados con grupos delictivos.
Entre estas personas está el comandante Javier “N”, alías “El Cadete”, acusado tener el control de la Policía Municipal y estar vinculado con el crimen organizado.
“El Cadete” “llegó, se introdujo y empezó a llevar a personas a que trabajaran como policías… Yo siempre tuve claridad que no todos eran lo que se decía que eran”, aseguró el gobernador.
“Todas las personas que estaban en la Academia de Policía son servidores públicos, son policías preventivos municipales, de tal forma que no se da el supuesto de los individuos portando uniforme o portando armamento sin serlo”, indicó el alcalde García Bello.
No “hice denuncia de naturaleza delincuencial o para que detuvieran a nadie, eso no ocurrió”, reiteró.
Con información de Isaac Flores.
RMT
